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domingo, 15 de abril de 2012

Clifford Brown y la tristeza del talento truncado



Clifford Brown nació en Wilmington un 30 de octubre de 1930 y fué uno de los trompetistas estadounidenses de jazz, mas talentosos e influyente de todos los tiempos.
Clifford y Max, un duo legendario
Fallecido el 26 de junio de 1956 en Pennsylvania, en accidente de tráfico a los 25 años, Brown, no obstante, es una de las figuras más destacables del bebop y del hardbop, a la altura de otros trompetistas como Miles Davis y Dizzy Gillespie. La trompeta de Clifford Brown tiene un fuerte tono cálido, con perceptibles reminiscencias del bop de Fats Navarro, y un maduro sentido de la improvisación: Brown es inventivo tanto en las baladas melódicas como en las más exigentes jam sessions.
Comenzó a tocar la trompeta a los 15 años y hacia 1948 ya estaba tocando de forma habitual en Filadelfia. Fats Navarro fue su principal influencia. Tras un año en la Maryland State University, sufrió un grave accidente de coche en junio de 1950 que le dejó fuera de juego durante un año. En 1952, Brown hizo su grabación de debut con el Chris Powell's Blue Flames, un grupo de R&B. Al año siguiente, estuvo con Tadd Dameron y de agosto a diciembre con la big band de Lionel Hampton, haciendo una gira por Europa, donde lideró varias sesiones de grabación con el saxofonista y compositor Gigi Gryce.
A comienzos de 1954, grabó algunos solos en Birdland con el quinteto de Art Blakey (la banda que precedió a los Jazz Messengers) y a mediados de año formó un quinteto con Max Roach. Considerada como una de los primeros combos de hard bop, el grupo duró hasta la muerte de Brown, contando con Harold Land (y más tarde con Sonny Rollins) en el saxo tenor y grabando varios discos para la compañía Emarcy. Solo horas antes de su muerte, Brown participó en una jam session en Filadelfia, que fue grabada.
Todo éste talento que desplegó durante una década, quedó truncado ese fatídico día de junio en Pennsylvania, donde encontraría la muerte, junto al pianista del quinteto, Richie Powell (hermano menor de Bud Powell) y a la esposa de éste.
Uno de los discos imprescindibles
 Mas allá de su corta carrera, la influencia de Clifford Brown sobre los trompetistas de jazz de la segunda mitad del siglo XX es enorme y, salvo en los casos de los trompetistas de la escuela cool, y de sus antecesores, como Kenny Dorham o Dizzy Gillespie, todos tienen una deuda con él. Incluso en las grabaciones de 1952 y 1953 de Miles Davis, se advierten ecos del estilo de Brown. La lista de los derivados de Clifford Brown es muy extensa; los más célebres son Lee Morgan, Carmell Jones, Donald Byrd, Freddie Hubbard, Blue Mitchell y Louis Smith. Su influencia en el jazz de las últimas décadas del siglo XX y en el XXI es evidente en Wynton Marsalis, Terence Blanchard, Nicholas Payton y Roy Hargrove. Hasta Tom Harrell, cuyo estilo parece alejado del de Brown, ha reconocido el influjo.
Solo Dios y el destino, saben que hubiera sido de éste enorme artista si no hubiese muerto tan precozmente, imaginen un Brown en su madurez, o interactuando en escena con los grandes del género, parece que todo es posible cuando se piensa en el increíble talento que éste gigante de la trompeta, desplegó en su paso por nuestro mundo. No hay nada más absurdo que el talento desperdiciado, y nada más triste que el talento truncado.

lunes, 9 de abril de 2012

De consumidor experto a borrachín de turno hay un solo paso

Asi es como se ve al espejo el bon vivant
El mundo del vino entrega personajes queribles y detestables, simpáticos y de los otros, gente que bien podría ser protagonista de muchisimas obras literarias o teatrales, que algún dia alguien debería escribir. He conocido productores, periodistas, enólogos, sommeliers, merchants, ingenieros agrónomos, etc., pero casi siempre estoy en contacto con nuestro querido y benemérito, CONSUMIDOR EXPERTO.
Es éste último al que me quiero referir, y hacer una pequeña descripción introductoria para quien no puede reconocerlo a simple vista. Sus características principales lo definen como: controvertido, caprichoso, locuaz, aveces pendenciero, sectario, omnipotente, culto (o al menos eso se cree), sofisticado, glamoroso, engreido, obsesivo, cool, pero sobre todo cree que él es la personificación misma del legendario BON VIVANT y que sus sentencias vínicas son las que marcan el ritmo de la industria a nivel mundial. 
Son capaces de discutir mano a mano con cualquiera, no importa si es un bodeguero o un crítico de clase mundial, siempre están a su altura, tratan con familiaridad a Parker, Rolland, Tapia, Catena, Patti, etc., es muy comun escuchar de sus labios "viste el turro de Tanzer cuanto le puso a tal?" o "Este Parker está loco, no tienen ni idea" "Fabricio perdió el rumbo, es una maquina de facturar".
Un lugar ideal para el conocedor
Hasta acá todo muy divertido, podría parecer un ser detestable, pero por el contrario muchas veces causa gracia y conviene tener uno cerca cuando la velada se torna plomiza, la verdad es que siempre están cerca, son asiduos concurrentes a cuanta cata o degustación ande cerca de ellos, concurren a todas las ferias, les fascinan estos eventos y es muy caricaturesco verlos correr transpirados con su copa en mano exigiendo en los stand "el tope de gama", ahhhh les encanta el "tope de gama"!!!! siempre es el mejor, no hay caso, si ven la etiqueta, que por cierto conocen todas las que hay en el mercado, ponen cara seria y asienten con cierta conformidad, siempre dejando un resquicio para la crítica, que por lo general es el precio.
El experto en acción siempre
debe parecer concentrado
Con etiqueta descubierta son fenomenales, pueden hablarte de tal vino durante horas, como si lo hubiesen hecho ellos, o mas, como si ellos mismos hubiesen plantado la vid, algunos se animan a tirar datos técnicos, como la acidez, o el rinde por hectarea, o porque no, el proceso enológico, yo mismo he presenciado charlas con enólogos, en la cual no solo creen saber mas que ellos, sino que desacreditan los datos del profesional, culminando con la frase "es como yo te digo, el enólogo no te lo va a decir, porque hay mucho garketing detrás de esto, me entendes pibe?".
Ahora cuando vamos a lo sensorial y las catas son a ciegas, ahí se les complica un poco, por lo general no emiten palabra en la primer botella, timidamente suelen remitirse a si les gusta o no, ya en la segunda pueden glorificar o sepultar, a partir del tercero se sueltan un poco mas, arriesgan descriptores aromaticos, y a partir de la cuarta o quinta botella, ya éstan en sus anchas, algunos tiran nombres, regiones, añada, meses en barrica, de que bodega es o quien es el enólogo, y de allí al infinito. Aveces da entre gracia y pena ver a estos personajes con gesto adusto, lapicera en mano y maxima concentración, pifiar y pifiar sentencias a lo loco, pero no se amedrentan, por el contrario, cada vez sus aseveraciones son mas temerarias, y por supuesto tienen excusa y explicación para cada yerro, con un lenguaje solemne y fluido en el que algunos, son verdaderos maestros.
En reuniones con conocidos, dejan ver su lado mas histriónico y vedetista, verdaderos animadores que caminan por la cornisa del ridículo, muchas veces con maestría y encanto, gustan del sarcasmo y la descalificación del que opina diferente, pero siempre son amables cuando pueden enseñar a los recién iniciados las virtudes de ciertos caldos, recomendar etiquetas o restorants feten feten.
En realidad éste tipo de personajes marca un porcentaje muy pequeño de los consumidores, pero ellos creen tener la aureola de los elegidos, ellos saben beber, los demás son pobres bestias que se pierden en un mar de etiquetas clásicas y otras tantas del mainsteam que hipnotizan a los pobres consumidores promedio con sus dulzores y su vainilla.
Otra de las caracteristicas fundamentales, es que son muy ciberneticos, poseen twitter, facebook, google+, blog o página personal, siempre saben todo, de todos, y sino lo inventan, conocen todas las primicias del mercado y miran constantemente su iphone o blackberry, como si estos aparatitos les dieran letra, es muy risueño hablar con ellos o hacerles una pregunta y que antes de contestarte o replicar, miren su celular como si de ello dependiera la respuesta, bah  tal vez saquen toda esa información de allí, quien puede saberlo.
Como los quiero, adoro hablar con ellos, me encanta discutir y llevarlos al punto tal que terminan diciendo "y bueno, es una cuestion de gustos o de estilos", pero ni bien te das vuelta vuelven a su ajetreado discurso febril, a la glorificación de ciertas etiquetas y la condena de ciertos estilos o productores. En resumidas cuentas, son divertidos si no se los toma demasiado en serio, y pueden llegar a ser hasta útiles, siempre están ahi, a un paso de ser el experto o el borrachin de turno.
Es realmente divertido cruzarse con ellos, y por eso quiero rendirles mi mas sentido y respetuoso homenaje, al CONSUMIDOR EXPERTO y tambien cuando se pasan de copas a su alter ego el BORRACHIN DE TURNO. Salú.


sábado, 31 de marzo de 2012

Art Blakey, Mr. Hard Bop


Una de las fotos mas famosas de Blakey
en el pináculo de su carrera

Art Blakey nació en la ciudad de Pittsburgh el 11 de octubre de 1919 y falleció en Nueva York el 16 de octubre de 1990,  fue uno de los bateristas de jazz mas importantes de la historia y su música ha sido encuadrada en los estilos del bop y hardbop.
Lideró varios grupos, entre los que destaca el quinteto Jazz Messengers, del que tomó las riendas durante tres decenios tras la marcha de Horace Silver, actuando y grabando bajo el nombre de Art Blakey and The Jazz Messengers. La formación fue cuna de algunos de los mejores artistas de jazz de la historia y se convirtió en la representación por antonomasia del estilo hard bop y funky jazz.
La primera educación musical recibida por Blakey fue en forma de lecciones de piano; empezó a tocar profesionalmente muy joven, en su propia banda. Se pasó pronto a la batería, aprendiendo a tocar al estilo fuerte de Chick Webb y Sid Catlett.
En 1942, tocó con la pianista Mary Lou Williams en Nueva York. Recorrió el sur de Estados Unidos en una gira con la banda de Fletcher Henderson durante los años 1943 y 1944. Luego lideró en Boston una big band antes de unirse al nuevo grupo formado por el cantante Billy Eckstine, con el que estaría entre 1944 y 1947. La big band de Eckstine fue la famosa "cradle of modern jazz" e incluyó, en diferentes ocasiones, a figuras de enorme relevancia en el futuro como Dizzy Gillespie, Miles Davis y Charlie Parker.
Tapa del disco Moanin' un esencial de todos los tiempos
Cuando el grupo se disolvió, Blakey formó su propia banda llamada los Seventeen Messengers. Grabó también con un octeto, la primera de sus bandas que recibió el nombre de Jazz Messengers.
A comienzos de la década de los cincuenta, Blakey comenzó una asociación con el pianista Horace Silver. En 1955, formaron un grupo con Hank Mobley y Kenny Dorham, llamado "Horace Silver and the Jazz Messengers". Los Messengers materializaron en forma de grupo el naciente movimiento del hard bop, enfatizando los ritmos primarios de la música y la esencia armónica. Un año después, Silver abandonó el grupo y Blakey se convirtió en su líder.
Desde ese momento, los Messengers fueron el vehículo expresivo habitual de Blakey, aunque continuase colaborando individualmente con otros artistas. Son destacables, en este sentido, su colaboración de 1963 para la compañía Impulse con McCoy Tyner, Sonny Stitt y Art Davis; una gira mundial en la que participó durante 1971-1972 con "the Giants of Jazz", un grupo de grandes estrellas entre las que se encontraban Thelonious Monk, Dizzy Gillespie, Sonny Stitt y Al McKibbon; y una extraordinaria actuación con otros tres grandes baterías (Max Roach, Elvin Jones y Buddy Rich) en el Newport Jazz Festival de 1964.
Un fuera de serie en todos los sentidos, increíble técnica,  demoledor swing, sus pocas composiciones son exquisitas, de los pocos músicos que pudo liderar una banda desde la batería siempre con pesos pesados de la escena. Para mí es el baterista esencial del hard bop, muchos abordaron el estilo con gracia y genialidad, pero fué Art Blakey quien logró darle una sustancia propia y un peso en la historia del jazz. Disfruten al maestro en una de sus grabaciones en vivo con dos legendas como Lee Morgan y Benny Golson en los vientos.




miércoles, 28 de marzo de 2012

Un vino rico o una crítica pusilanime?

He escuchado casi hasta el hartazgo esta frase que muchos críticos y sommeliers utilizan para describir un vino. Y me quedé pensando en eso justamente, porque se utiliza tanto el término "un vino rico"? Instantanemante uno sabe que algo rico, es algo que le gusta, está ligado intimamente con lo que te da placer, y por el contrario lo feo es lo que te desagrada, se que es una perogrullada pero vale aclarar por las dudas.
En realidad lo que creo, es que ésta manera de describir, es algo parecido a homogeneizar la crítica, porque en realidad, hay muy pocos vinos feos en la gama de los us$10 para arriba, pero también hay mucho vino maquillado, siliconado, estandarizado, etc., de esto abunda, pero nadie lo dice, parece que vivieramos en un mundo irreal y paralelo, todos son vinos ricos, no importa si estan concentrados al mango o pasados de madera, tampoco importa si un vino con una inmensa carga de fruta, madera y mineralidad es carente de acidez, tampoco importa demasiado la graduación alcoholica, que cuando el vino se va un poco de temperatura te incendia la boca. No, no importa, son todos vinos ricos.
Creo que nos hace falta una crítica mas profesional, sin mala leche ni segundas intenciones, una orientación que le de al consumidor una semblanza mas real, donde se pongan parametros mas identificables, creo que a esta altura no basta con esa frase, "un vino rico".
También me pregunté porque una persona entrenada y que testea cientos de vinos al año, puede caer en tan simple apreciación, y cuesta explicarlo, uno tiende a creer que lo hacen por una mera cuestión diplomática, porque la mayoría son "amigos" de las bodegas o de los enólogos directamente, o también uno puede creer que lo hacen para no herir suceptibilidades, por respeto al trabajo o por lo que sea.
Lo cierto es que hay mucho vino que gusta afuera del pais y que saca buenos puntajes, y es como medio difícil bajarle el pulgar en el pago chico, digamos, si Parker le puso 95 pts a tal, como hago para discrepar con eso? de donde saco argumentos para puntuar menos o decir que el vino tiene tal o cual deficiencia, como hago para no ser un traidor, como le justifico a ese "amigo" de la industria que lo que le parece muy bueno a un pope de la crítica mundial, no esta tan alineado con mi pensamiento.
Cuando eso sucede y el que ejerce la opinión es un periodista con chapa, se lo suele tildar de mala leche o de vedette, cuando el que lo hace es un "4 de copas" como yo, lo mas suave es que sos un fundamentalista o un contrera.
El consumidor puede decir lo que quiera, es el que paga por la botella y de última el que hace girar la rueda, pero el que trabaja de ésto, no puede ser como el hincha, tiene que ser honesto y objetivo, y tener conceptos mas amplios y claros. Hoy me parece que esos conceptos estan ausentes o difusos, así como abunda un mar de vinos del estilo mainstream, también abundan los que se suben a ese barco de la felicidad para bendecir y pontificar.
Estoy convencido que los que generan tendencia de consumo, tienen que ponerse los pantalones largos, y dejar de ser los niños mimados de la industria, un crítico no debería nunca ser obsecuente, por el contrario, debería ser mas moderado con los elogios, y centrarse mas en los puntos flojos, con ánimo de construir y sobre todo con independencia ideológica.
En mi caso como consumidor, ya me he comido varios sapos por seguir recomendaciones de críticos o sommeliers, es momento de crecer, de ser un poco mas profesional, de sacarse la camiseta de hincha y de ofrecer al consumidor una crítica que se ajuste mas a la realidad.