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jueves, 14 de febrero de 2013

Zorzal Wines, Gualtallary interpretado por los hermanos Michelini


En octubre de 2011 visité por primera vez Zorzal Wines. Ubicada en Tupungato, a unos 90 Km. de la ciudad capital de Mendoza, mas precisamente en Gualtallary, un distrito muy nuevo en la vitivinicultura mendocina, que recientemente sorprendió por la gran calidad de los vinos que de allí salen. En mi caso fue amor a primera vista, todo el paisaje circundante es de una austeridad y belleza única. Es un sitio duro, silencioso, limpio, donde la contaminación visual y humana, todavía no han llegado. Cuando uno se interna en el corazón de éste terruño, se da cuenta que la irrupción del humano es mínima. Tan solo unas cuantas edificaciones y viñedos nos indican que hay humanos cerca.
Gualtallary en su esplendor
Este año decidí nuevamente vacacionar en Mendoza, y tras comunicarme con Juan Pablo Michelini, concretamos una visita a la bodega, que incluyó asado y música en vivo, rememorando la vez que nos juntamos a tocar, el día que festejamos el Malbec World Day. A Juan Pablo lo vi solo 2 veces en mi vida, pero nos une una amistad forjada en los valores de vida, sentimos y disfrutamos las sencillas cosas de la vida de la misma manera. Y como decía el flaco Menotti, "se juega como se vive" o en este caso "se hace vino como se vive".
De mi visita en 2011 algunas cosas han cambiado. La línea de varietales, paso a llamarse terroir único. La línea reserva, gran terroir. Pero las líneas field blend y Climax, siguen con el mismo nombre. La bodega está casi igual, se han agregado los huevos de cemento, una pequeña sala de barricas para ensayos y como dato importante se han incorporado una variedad de barricas de roble menos invasivas con el producto final.
Las piletas de fermantacion
Lo que no ha cambiado, es la pasión que tienen los hermanos Michelini por lo que hacen. He probado vinos increíbles que tal vez nunca vean la luz, también vinos que van para corte de la gama mas alta, incluso jugos de sauvignon blanc recién cosechados, y todos tienen un hilo conductor que los diferencia. Mineralidad, fruta fresca y acidez. Tres pilares sencillos y básicos, pero que muestran de manera honesta la visión que éstos hombres tienen de su terruño. La línea terroir único, es de una relación precio-calidad excelente, tenés pinot, malbec y sauvignon blanc por 10 dólares, difíciles de igualar, son mis vinos preferidos en esa gama de precio. A medida que el precio sube, los vinos se vuelven mas mainstream, pero  siempre mantienen ese sello de origen inconfundible.
Huevos made in Argentina
La bodega tiene una capacidad aproximada de 300.000 litros, divididos en tanques de acero inoxidable, piletas de cemento, huevos de hormigón y vinificaciones en barricas. Posee un diseño y maquinaria funcional, para que la uva llegue sana y sin bombeo a cada recipiente de fermentación. Se hace mucho hincapié en la sanidad del entorno y de los viñedos. En la sala de barricas, poseen mas de 7 marcas diferentes, algunas de mayor capacidad, muchas con diferente tipo de tostado.Todo ésto habla de una búsqueda constante por lograr los resultados que mas satisfagan al enólogo. Luego de una corta recorrida, uno puede darse cuenta, que lo que domina a éstos hombres, es su espíritu inquieto. El resultado de todo éste trabajo, parece estar dando sus frutos. Día a día, los vinos de la bodega, cosechan nuevos adeptos y nuevos premios de la crítica.
Estos son mis highlights para quien quiera conocer estos vinos:
Zorzal terroir único Pinot noir 2012 - $60/us$11
Zorzal terroir único Malbec 2012 - $60/us$11
Las acequias estaban torrentosas
Zorzal terroir único Sauvignon blanc 2012 - $60/us$11
Zorzal gran terroir Malbec 2010 - $105/us$20
Zorzal gran terroir Pinot noir 2010 - $105/us$20
Zorzal field blend, 2009 y 2010 - $205/us$40
Climax Malbec, 2008 y 2009 - $290/us$55
Climax Owner, 2008 y 2009 - $290/us$55
También tienen muy buena performance, los cabernet, merlot y chardonnay.
Hace poco tiempo sacaron al mercado una línea de espumantes, solo pude probar el extra brut, y lo que puedo decirles es que está muy bien para su rango de precio.
Malbec para terroir único
Cerramos la tarde, paseando con mi hijo por los viñedos de Malbec. No pudimos resistir la tentación de probar algunas bayas. Mi hijo y yo arrodillados probando esa fruta deliciosa, un sabor que seguramente quedará en la memoria de los dos por siempre.
En resumen, Zorzal Wines, es una bodega que expresa Gualtallary tal como lo siente, sin demasiados artilugios, apoyándose en los pilares que antes mencioné. Es una manera en la cual me identifico, pero seguramente hay otras y también son válidas.
Tupungato es un lugar que encanta por su belleza, por su gente, por sus vinos. Espero volver pronto.

Quiero agradecer a los hermanos Michelini por la invitación y por su generosidad. Les deseo el mayor de los éxitos.






domingo, 3 de febrero de 2013

Primer año del blog...

Ha pasado un año desde que abrí este blog, sinceramente sin muchas expectativas, en principio quería escribir mas acerca de la música que me gusta, que de vinos, pero terminó siendo todo lo contrario.
He disfrutado escribiendo para cada entrada, y contestando cada comentario, eso se los aseguro. Y gracias al blog, han pasado cosas extraordinarias. He conocido gente que vale la pena conocer y también interactuar con otros bloggers que respeto mucho.
Kuari pretende ser un sitio de libre pensamiento, un espacio donde volcar de manera independiente, un manera de sentir y de vivir. Sin eufemismos, ni poses, no pretendo ser simpático, ni agradable, no posteo solo vinos que me agradan, digo lo que pienso de manera honesta, sin perseguir intereses secundarios. Puedo estar equivocado o no, ser justo o no, pero quédense tranquilos, que jamas voy a venderles pescado podrido.
Gracias a todos!!!!

lunes, 21 de enero de 2013

Esas bellas amantes permitidas del verano



Cuando llega el tiempo de las vacaciones, la mayoría de los bichos de ciudad, buscamos refugio en parajes que destruyan la rutina diaria, a la que por distintas razones nos sometemos a ella durante muchos meses. 
El bosque y el mar
En mi caso, y desde hace años, busco lugares que rompan mi día a día, no quiero ver cemento, ni semáforos, tampoco quiero ver mucha gente, y prefiero la dosis más cruda posible que un citadino pueda soportar de naturaleza. El destino elegido fue Mar Azul, el último balneario del partido de Villa Gesell, que si bien ha cambiado bastante desde la primera vez que lo visite en el año 1996, aun conserva sus frondosos bosques, sus calles de arena y ese aire de pueblo difícil de encontrar en la costa atlántica de la provincia de Buenos Aires. Un lugar que todavía resiste, en estas últimas 2 décadas he visto como se cagaron, Pinamar, Cariló, Villa Gesell, Mar de Las Pampas y demás. En tren de romper la rutina, mis hábitos se modifican, uno se levanta más tarde, camina mas, lee mas, el cuerpo día a día se lentifica, y hasta el tono de la voz se transforma, por supuesto la manera de alimentarse, la parrilla se prende mediodía y noche en caso que el clima lo permita, y también suelo consumir cepas que durante el año no consumo demasiado. Mi caja se compuso de 1 torrontés, 1 sauvignon blanc, 1 saint jeanett, 1 pinot noir, 1 bonarda y 1 riesling, no importa demasiado las etiquetas que seleccioné, lo importante es como ésta elección fue otra manera de escapar de la rutina. Durante los meses laborables, me concentro mucho en   el consumo de malbec, cortes de malbec, sirah y tintos de todo tipo, que por lo general andan por los mismos caminos. Parece una locura, pero la rutina nos empuja hacia esos lados, vamos a una degustación, una cena, una presentación, y ahí están, los vinos de siempre, seductores, cuasi pornográficos, y uno no es de piedra, el malbec es una puta que todos desean, tiene sus artificios y sus virtudes, pero sobre todo se viste de mil maneras y parece que casi todas le quedan, y por supuesto, uno se deja llevar. 
Por eso este año, como casi todos,  me llevé a la amantes, y me deje seducir por ellas una vez mas. Y repetí experiencias como beber un torrontés y que en sus aromas que se desprenden de la copa sentir como se mezcla con los aromas salinos del mar cercano, o el riesling con los aromas de sotobosque a las 7 de la tarde cuando el sol se oculta, también la bonarda con el fuego crepitando y los pinos metiéndose en la escena, y así cada botella fue una experiencia y un momento aparte. Cada día pensaba todo lo que nos perdemos, como cada detalle del entorno que nos rodea puede influir en lo que comemos o bebemos. La carne a la parrilla tiene otro sabor, las verduras crudas parecen de otra especie, y por supuesto el vino que bebemos sabe diferente. Estas fueron mis amantes permitidas del verano, cada experiencia fue especial y única. La experiencia la vengo repitiendo hace casi una década y les aseguro que vale la pena probar cosas diferentes en ámbitos no habituales. Como decíamos cuando éramos adolescentes y nos hacíamos de nuestro grupo playero, QUE NO SE CORTE EN BUENOS AIRES.

jueves, 27 de diciembre de 2012

El año de la resistencia



“Hay días en que me levanto con una esperanza demencial, momentos en los que siento que las posibilidades de una vida más humana están al alcance de nuestras manos. Éste es uno de esos días.” Ernesto Sábato, La resistencia, mayo de 2000.


Este 2012 fue para mí, el año en que la resistencia ganó una batalla. Ustedes se preguntaran que batalla? que resistencia? Que fue lo que se ganó?. 
Pues bueno, la historia es larga y aburrida, así que si deciden seguir, están advertidos.
Por 2006 éramos unos pocos los que ya estábamos aburridos de los vinos "parker", tras el  impacto de ese tipo de etiquetas con mucha intensidad, fruta muy madura y un fondo de vainilla, algunos nos atrevimos a decir que no era la nueva verdad, que la calidad de un vino no estaba dada por la sobre maduración de la uva o el sabor a barrica, que si bien es un estilo que puede ser disfrutable, notábamos que el uso de ciertas técnicas enológicas, favorecían la  homogenización y no la diversidad. En los viejos foros del vino, la mayoría, defendía la idea que los nuevos vinos, eran el futuro y que lo demás estaba en tela de juicio. 
Así conocí a unos pocos que compartían mis mismos criterios, y de alguna manera nosotros fuimos "la resistencia". Pasábamos horas y días discutiendo y tratando de hacer entender a muchos, que  no solo de barrica y de fruta sobre madura vive el hombre. Que Carmelo Patti, Riccitelli, Panella o Ángel Mendoza entre otros, no eran dinosaurios atascados en un estilo arcaico y obsoleto. Luchábamos con las pocas armas que puede darte un teclado de computador, para defender lo que creíamos justo y necesario. Los vinos "parker" eran una moda, que se vendía bien en yanquilandia, éste hecho comercial parecía hacer ver que los que sabían interpretar ese terruño eran los nuevos, no los que hacía décadas estaban allí, esos tipos eran generalmente tratados como pobres viejos metidos en un concepto estilístico equivocado, ni hablar de los vinos de López o de Weinert, estos vinos en aquellos años estaban catalogados por muchos, directamente como defectuosos. De esa manera, se crearon hordas de adoradores de Cobos y del grupo Clos de los 7, ellos eran los nuevos abanderados, los que sabían interpretar lo que Mendoza y la enología argentina necesitaba, como dije antes, LA NUEVA VERDAD. Siempre amparados en lo que el mercado yanqui requería y en los muy buenos puntajes que cada año conseguían por wine advocade y compañía. De esta manera nacieron cientos de imitadores, bodegueros y winemakers que querían subirse al barco de la felicidad, y así aparecieron muchísimos tintos y algunos blancos de 90 pts., correctos y bebibles, pero tan faltos de carácter como el número que esgrimían en sus etiquetas a modo de cucarda. La nueva ola estaba en su apogeo para 2009, Cobos, Achaval Ferrer, Catena Zapata y algunos otros afortunados, eran las bodegas insignes, casi llegamos al vino de 100 pts., cuanta emoción, pero las voces rebeldes se iban sumando, de a poco aparecían mas que pedían diversidad, y que cuestionaban ciertas prácticas enológicas, incluso desde adentro de la industria. En 2010 aparecieron algunos vinos que abrieron el abanico, si bien seguíamos atados al estilo maduro y concentrado, algunos se atrevieron tímidamente a mostrar otros aspectos que el terruño podía ofrecer en ciertas zonas como el Valle de Uco o los Valles Calchaquíes, por citar dos ejemplos. Y a muchos pareció gustarles esa manera de interpretar una determinada zona. En 2011, y con la llegada de muchos críticos internacionales que hablaban mal del alto alcohol, la sobre extracción y el exceso de madera, el avispero se exaltó y la cúpula indignada parecía no entender, “¿como estos tipos nos critican y después a la hora de puntuar, le dan buenos puntajes a lo que tanto denostan?”. El mensaje parecía confuso, pero era claro, “Muchachos, esto está muy bien, pero ojo con creer que lo único que éstas tierras puede dar es lo que nos ponen en la copa”. Los indignados, masticaban bronca, pero por otro lado anotaban y tomaban cuenta, esa es una de las características mas positivas de la vitivinicultura argentina, estar atentos a lo que nos dicen los de afuera. También en 2011 aparecen en escena varios ejemplares que van a contramano del mainstream, y con gran repercusión entre muchos consumidores y algunos críticos. 2012 es el año del quiebre, por muchas razones, entre ellas el cambio de crítico de WA y sus puntajes, Alejandro Vigil hace un reconocimiento público a Panella delante de la crema de la enología argentina, Patti es un nuevo hombre a descubrir en Lujan de Cuyo, Riccitelli es el enólogo del año para un medio yanqui, Tapia consolida su guía Descorchados como la mas importante en Sudamérica y hace reuniones épicas en Buenos Aires y Mendoza, y así puedo seguir enumerando. En resumidas cuentas, ciertas etiquetas que en 2006 serían destruidas por la crítica, en 2012 tuvieron reconocimiento local e internacional, éste año muchos se animan a mostrarse sin maquillaje y sin miedo a mostrar su lado rústico o salvaje. 
El cambio no implica desheredar todo lo bueno que se hizo en la década pasada, por supuesto que seguirán vigentes muchas etiquetas que representaban el estilo “parker” pre-Martin, y a mi modo de ver, considero que está muy bien que así sea, pero siento íntimamente que nuevas formas de interpretar el terruño, se avecinan para el próximo año, no caigamos en la misma trampa de pensar que una nueva verdad se aproxima, sigamos creyendo en que la diversidad es lo que nos dará un lugar en el mundo del vino. Lograr que la DIVERSIDAD fuera reconocida, es la batalla que ganamos, y por mas pequeño que haya sido mi aporte, me siento parte de ello.
Si llegaron hasta aquí, les advertí que era largo y aburrido, el que avisa no traiciona.
Salud y un gran 2013 para todos!!!