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sábado, 13 de abril de 2013

Degustando el estilo de Bodegas López



Bodegas López representa un caso excepcional dentro de la industria vitivinícola argentina, iniciada en 1898 continúa hoy en manos de la familia fundadora. Con más de 100 años de historia, esta bodega de Maipú (Mendoza), representa el gusto de millones de consumidores argentinos, y si hablamos de vino argentino, López es uno de los referentes ineludibles. Poseen más de 1100 hectáreas propias de viñedos, con una capacidad de producción de 40 millones de litros al año. Es uno de los gigantes argentinos en materia vínica, y su gran aceptación entre los consumidores lo ponen siempre entre los mas vendidos.


Hace algunos días pude asistir a una degustación organizada por Bodegas López y vinoteca Pueyrredón, se llevó a cabo en el histórico edificio que poseen en el barrio de Palermo, en la calle Godoy Cruz al 2000. Están allí desde hace muchas décadas, al lado de las vías del ferrocarril, en lo que se denominaba antiguamente, la “zona de las bodegas”, hoy se le llama Palermo Soho y el barrio es uno de los polos gastronómicos por excelencia de Buenos Aires.
Nos recibieron a las 20 hs. con una copa de MONTCHENOT BRUT NATURE 2011, un espumante de Pinot y Chardonnay, método charmat, de carácter frutal y fresco. Que resultó ideal para hacer boca.
Ya sentados en la mesa pudimos probar 5 vinos:
LOPEZ SAUVIGNON BLANC 2012: Color amarillo pajizo con ribete verdoso, sutiles aromas frutales de cítricos y manzana verde, sumando una punta vegetal; en boca es equilibrado en todo aspecto, buena acidez, paso fluido y vertiginoso, se va muy rápido. Un blanco directo y franco, sin demasiada complejidad pero con gran equilibrio.
CASONA LOPEZ MALBEC 2010, 100% Malbec de Maipú, de añosas fincas que vienen produciendo desde 1915 y 1925 respectivamente. Es de color rojo cereza con ribete violáceo. En nariz aparece la ciruela y la frambuesa en intensidad media, leves tostados, un fondo algo especiado y una leve nota láctica que no llega a ser molesta. En boca es bien fluido, con taninos sedosos y algo dulces, acidez correcta. Un Malbec clásico de primera zona, equilibrado, fácil de beber, en el conjunto general me parece muy correcto para su segmento de precio.
MONTCHENOT 2002  es un blend que declara 70% de Cabernet Sauvignon 20% de Merlot y 10% de Malbec. A la vista muestra un color rojo cereza de intensidad media con ribete levemente teja. En sus aromas aparecen los pimientos verdes, la fruta negra y roja asoman como insinuándose, leves aromas de tostados y especias. En boca los taninos son suaves y maduros, la acidez moderada, paso muy fluido, pero resulta algo corto en el final. Un blend bien equilibrado pero demasiado suave, uno de esos vinos que generan adoradores y detractores.
MONTCHENOT 15 AÑOS COSECHA 1997 Blend de 70% de Cabernet Sauvignon 20% de Merlot y 10% de Malbec. A la vista muestra un color rojo cereza de intensidad media con ribete levemente teja, no encontré diferencias con el 2002. En nariz logra una complejidad y equilibrio exquisito, hay de todo y en un buen punto; fruta roja y negra, hongos, sotobosque y especias logran un conjunto aromático que a mí me gusta mucho sentir en un blend de alta gama. Si bien es fluido, en boca se presenta más recio que el 2002, los taninos son aterciopelados, se sienten sin llegar a molestar, la acidez es correcta y el final largo y armonioso. Me gustó mucho mas que la cosecha 2002, si bien tienen puntos de contacto, esta versión parece tener más carácter e intensidad. En mi opinión está en un punto óptimo para el consumo.
FEDERICO LOPEZ TINTO GRAN RESERVA 1996 se trata de un corte de 80% Cabernet Sauvignon y 20% de Merlot, de añosas vides plantadas en 1940. Color rojo rubí de intensidad media con ribete teja. En sus aromas nos presume un vino complejo y elegante; especias, hongos, sotobosque, sutiles tostados y un fondo de frutas secas, lo hacen muy interesante. En boca continua con esa línea de fluidez y equilibrio, los taninos son sedosos y domados, la acidez es justa y el final de mediana intensidad. Un muy buen blend de Cabernet que se encuentra en un momento justo para ser consumido, elegante, complejo, equilibrado. Personalmente me gustó mucho.

Tips de Bodegas López
-Todos los vinos rondan los 13º de alcohol
-No usan barricas nuevas, la crianza es en viejos toneles que van de los 5000 a los 30000 litros
-Tienen capacidad para producir 40.000.000 de litros
-En bodega se pueden comprar cosechas históricas como el Chateau Vieux 1938
-Poseen una línea Italiana de embotellado, capaz de producir 12.000 botellas por hora
-Cuatro generaciones produciendo vinos

En lo que a vino mendocino se refiere, Bodegas López representa una gran parte de la tradición argentina. Apoyados por la fortaleza que les da el mercado interno, nunca tuvieron que salir a conquistar mercados externos con las recetas de los flying winemakers. Nunca hicieron vinos excesivamente maduros, ni pasados de madera. Hoy que parece que esa moda está pasando, creo que habrá mucho consumidor experto que volverá a redescubrirlos.
El estilo López, es a mi modo de ver, un estilo que mezcla austeridad, equilibrio  y honestidad. Siento que en las últimas dos décadas, han puesto la modernidad y la tecnología al servicio de la tradición y no al revés como tantos otros.

No soy un fanático de sus vinos, algunos me gustan mucho y otros no tanto,  pero celebro que existan este tipo de bodegas en Argentina.

Es para destacar la gran profesionalidad en la que transcurrió la cata, desde que llegamos hasta que nos fuimos, cada detalle cuenta como muestra. Los vinos a temperatura, decantados, las mesas amplias y cómodas, impecable servicio, información de todo tipo, etc...
Muchas gracias a vinoteca Pueyrredón y a Bodegas López por organizar este tipo de eventos, estoy convencido que este tipo de reuniones nos sirve a todos.
Para los que se sientan con ganas de conocer mas, pueden visitar la página web de la bodega www.bodegaslopez.com.ar encontraran muchísima información actualizada de todo su portafolio y muchos datos históricos poco conocidos por el público.  

jueves, 4 de abril de 2013

El rey de la "emboquillada"



La emboquillada es una de las jugadas más poéticas del futbol, requiere de una gran pureza técnica, nervios de acero, un espíritu algo alocado y entre otras cosas, una gran confianza en sí mismo. Consiste en embocar la pelota en el arco y hacer el gol, por encima del arquero. A través de los años, los grandes cracks del futbol mundial han dado ejemplo de ello. Maradona, Messi, Pelé o Ronaldinho tienen en su haber muchas jugadas como ésta, ellos saben íntimamente lo que esto representa. Ya sea en una final o en un partido de amigos y más allá de si termina en gol o no, la emboquillada siempre se festeja y quien la efectúa logra en el campo de juego el status de ser “el diferente”. Es algo muy latinoamericano,  está en nosotros.
Una imagen vale mas que mil palabras, así que vean el video para los que todavía se preguntan de que estoy hablando.


Como argentino, el futbol y el vino, son cosas que se encuentran en nuestra vida cotidiana. Así como no puedo responder cuando fue la primera vez que probé una copa de vino, tampoco puedo responder cuando fue la primera vez que pateé una pelota. Es natural que se mezclen estas dos cosas, están muy arraigadas en la cultura popular argentina.
Esta reflexión nace del juego cotidiano con mi hijo de 8 años, cada día que podemos jugamos un arco a arco, el primero que marca 10 goles, gana la partida. Por supuesto que 9 de cada 10 las gana él. Los arcos los situamos a 8 metros de distancia uno del otro. Si bien mi hijo juega bien, yo tengo mucho mas futbol que él, se que puedo ganarle fácilmente pegándole fuerte y colocado. Por el contrario elijo hacer mis goles con pegadas de lujo y la emboquillada es mi preferida. Mi hijo es diestro y casi siempre tira cruzado, cuando patea de los 8 metros es fácil atajar, pero cuando se acerca a 2 o 3 metros, casi siempre anota. Yo me contento con hacer los goles por arriba, mientras el trata de volver a defender su arco.
En estas últimas semanas, he podido probar vinos que parecen una emboquillada. Etiquetas que se despojan de su efectividad y apuestan al riesgo. Solo por placer, no siempre terminan en gol, pero como dije antes, el intento mismo, se festeja.

ROSA DE MAIMARÁ 2012, de bodega Dupont  es uno de ellos, un rosado que explota en aromas de espárragos y mermelada de remolachas, con una boca bien equilibrada y una acidez punzante.
WILLIAM FEVRE LITTLE QUINO PINOT NOIR 2012, es otro de los que me sorprendió por su austeridad y carácter, un pinot que sabe a fruta acida y a tierra.
Romper esquemas y sorprender, es una cuestión que a mí me sigue pareciendo fascinante. El mundo del futbol y el vino, tienen en común ese factor sorpresa que hace que siempre este atento a lo que sucede en torno a ellos.
Mas rabonas, tacos, chilenas, gambetas y por supuesto mas emboquilladas.
Así como Messi se pone la corona de mejor jugador de futbol del mundo, espero que pronto aparezca entre los enólogos o bodegueros, EL REY DE LA EMBOQUILLADA.
Quien se anota?

martes, 12 de marzo de 2013

Mas y mejores vinos (Mo’ better blues)



Mo’ better blues es una película del año 1990, protagonizada por un joven Denzel Washington, un desconocido Wesley Snipes y un ascendente Spike Lee, quien también es el director del film. La trama hace foco en valores como la amistad, la lealtad, la honestidad y como malas decisiones, pueden destruir la vida sentimental y profesional de una persona. Si bien no fue un éxito comercial, considero que es de lo mejor que pude ver de éste director. La banda sonora está a cargo del cuarteto de Branford Marsalis y Terence Blanchard en trompeta, la música que suena, es acaso, lo mejor de los 129 minutos que dura la película. Al menos para mí, hay un momento muy significativo en la trama, en el cual el trompetista se replantea como expresa su arte, es consciente del  gran virtuosismo que se desplega en cada show, pero de alguna manera siente que el público no logra disfrutar de lo que allí sucede. Tras discutir con el saxofonista por egos artísticos, llega un buen día con música nueva, y reparte las partituras, todos miran azorados y uno pregunta, "¿un blues vamos a tocar?", y el líder responde "Si, necesitamos más y mejores blues, para que nuestra gente venga a vernos, estoy cansado de tocar para 5 suizos que no entienden la esencia de nuestra música". La discusión siguió, pero aceptaron la nueva propuesta y felizmente fue un éxito.

Esta película vino a mi mente en los últimos meses. He estado probando muchos vinos de los denominados "de autor", los cuales están elaborados  en muchos casos, por enólogos que trabajan para las grandes bodegas, de manera independiente y en otro espacio físico. Por lo general en algún rincón de una bodega "amiga" o mismo en el garaje de su casa. La verdad que poco importa donde, sino como. En la mayoría de los casos se trata de procesos artesanales, con poca tecnología, buscando una expresión casi artística. El resultado suelen ser vinos de gran calidad, con la marca de identidad de cada hacedor, mostrándonos como interpretan el terruño para cada varietal o blend. Es una visión, una manera de expresarse. Ni más, ni menos.

Soy optimista por naturaleza y quiero pensar y creer, que éstos hombres hacen ésto porque les gusta, porque disfrutan haciéndolo. Me vienen a la mente Charlie Parker y Dizzy Gillespie cuando trabajaban en la banda de Earl Hines y luego de terminar sus actuaciones, iban a las jam sessions a desplegar su arte y a tocar como querían hacerlo. No iban a entretener a nadie ni a cumplir un contrato. El plato de comida ya estaba pago, ahora era por amor al arte, para crear nuevos sonidos, para alimentar el ego. Si eso gustaba y podían vivir de ello, mejor. Pero en aquel momento no estoy seguro si lo hacían por esta razón, yo quiero creer que algo más poderoso que su voluntad los llevaba arriba del escenario. Así nació el bebop.
También quiero creer que a estos hacedores de vino, los impulsa su orgullo y su necesidad de expresarse. Decido creer que estos pequeños proyectos son su sumisa rebelión. La manera que tienen de mirar hacia adentro y cumplir con lo que sus creencias mandan.
Soy un creyente con grandes dosis de escepticismo. Solo el tiempo nos dirá hacia donde nos llevan estos nuevos vientos. Mientras tanto, disfruto el momento. Quiero seguir escuchando mas y mejores blues.
Los dejo con el tema principal de la película de la que les hablaba, una exquisita composición de Brandford Marsalis.








miércoles, 6 de marzo de 2013

Vertical de Colonia Las Liebres Bonarda 2006-2012


Debido a la vertical de las que les voy a hablar en esta ocasión, en estos últimos días estuve con cierto espíritu revisionista. Comencé a buscar en mis viejos cuadernos de cata, cual fue la primera vez que probé el Colonia Las Liebres bonarda. Fue una sorpresa para mí, corroborar que mi primer acercamiento a esta etiqueta, data del año 2005. Por aquellos años no era común ver en los anaqueles de las vinotecas demasiados ejemplares de bonarda. Recuerdo que lo compré por la etiqueta, no tenia referencias, pero el efecto visual que me causó, fue lo bastante poderoso como para desembolsar los 8 dólares que costaba en aquellos años. La etiqueta no es un hecho menor, tiene mucho que ver con lo que el producto final pretende ser. En este caso la imagen de una liebre en el campo y la tipografía, nos invitan a pensar que este vino es algo diferente al resto, es algo nuevo, moderno pero con ciertos aires tradicionalistas, también transmite sencillez y alegría, sin caer en la falsa solemnidad de los que aspiran a ser lo que no pueden. Revisando mis notas, pude ver que el vino me impactó en aquel momento, lo describo como: “concentrado y maduro, una bomba de fruta donde la frambuesa se mezcla con las frutas negras y ciertos aspectos vegetales de manera armónica, buena acidez y equilibrio general, sencillo y directo. Un vino para beber de a litros.”
Hace 20 días pude asistir a una vertical de Colonia Las Liebres bonarda, que comprendía desde la cosecha 2006 al 2012. La invitación me llego por medio de Leonardo Guevara (gerente de Altos Las Hormigas) y de un grupo de enófilos mendocinos, que conjugan en una misma reunión 3 pasiones que los hermanan, el vino, el asado y la amistad, ellos se hacen llamar #HaceteOtro y puedo decir que me siento muy afortunado de haber podido compartir una de sus reuniones.
Primera cosecha de CLL
El punto de la reunión era para ver si entre éstos 7 ejemplares, existía un hilo conductor, para centrar similitudes y diferencias a través de las diferentes añadas. Comenzamos con el 2006, subiendo cronológicamente hasta 2012. Cabe destacar que este vino no esta pensado ni diseñado para la guarda, son tintos para beber dentro del año y hasta 3 como máximo. Grata fue la sorpresa para todos al constatar que el 2006 todavía estaba muy sano, con cierta evolución, pero con fruta y acidez bien presente. Así fue con 2007, 2008 y 2009, a medida que avanzábamos en las cosechas, la fruta era mas presente y dominante, parece que ese es el factor de evolución, cuanto más vieja la añada más aspectos vegetales y balsámicos. Cuando llegamos a la 2010 todos notamos un cambio, las notas de fruta roja y negra se sentían mas frescas, con menos carga tánica y un gran equilibrio en el conjunto general. Para las cosechas 2011 y 2012 sentí que siguen la línea de la 2010, tal vez con mas austeridad, pero siempre enfocados en un protagonismo de la fruta madura, las notas verdes y una correcta acidez.
Los CLL y los ALH
Si bien hay diferencias entre las 7 añadas que pudimos probar, en mi opinión la línea sigue con los pilares básicos que lo hicieron exitoso en ésta última década. Colonia Las Liebres bonarda, es un vino que siempre definí como de gran pureza frutal, con buen nervio y de gran equilibrio.
Hay datos muy interesantes que rodean toda la historia de este tinto, Alberto Antonini y Attilio Pagli decidieron que no tuviera contacto con madera, hacer una concentración en la viña y asi, dejar protagonismo a la jugosidad natural de la cepa. Han sido pioneros en categorizar al bonarda internacionalmente como un vino de calidad, que no tiene nada que ver con el malbec. Hay un mensaje claro que baja desde la cúpula de Altos las Hormigas, Malbec es Malbec y Bonarda es Bonarda. Y así es como ellos lo interpretan. Creo que todo el equipo de trabajo entiende de lo que se trata el proyecto y sabe diferenciar lo que es ALH y CLL.
Este bonarda es auténtico, es lo que es y no pretende ser otra cosa. Puede gustarte o no, pero así lo expresa este grupo de hombres. Personalmente a mi, me gusta que así sea.

La noche transcurría, el asado se comía con la mano, una a una iban saliendo todas las etiquetas de ALH, la charla, las historias. los pies descalzos, mi hijo durmiendo, la noche calma, Mendoza, amigos...un momento de felicidad que nunca olvidaré.

Mi agradecimiento a Leonardo y a todo el equipo de #HaceteOtro por una gran noche.
Mendoza es vino, y donde mas se siente es en su gente.

La historia y los detalles del proyecto pueden encontrarlos en http://www.colonialasliebres.com/ , aquí encontraran mucha información actualizada.