Pocas personas han tenido un mayor
impacto en su campo que el que tuvo el saxofonista de Kansas City en el mundo
del jazz. Un genio con una capacidad mental extraordinaria para crear e
inventar sonidos nuevos y líneas
melódicas admirables. Su vida y su personalidad lo elevaron a la categoría de
mito, fue desde su irrupción en los escenarios una leyenda viviente. Charlie
Parker es, a la vez, un genio y un mito. La irrupción de Parker y el be bop, son el punto
de inflexión más importante y categórica en la música de jazz. Ni la nota más
corta sobre historia del jazz puede saltarse su nombre. Me animo a decir que
junto a Louis Armstrong, Duke Ellington, Miles Davis y John Coltrane, forman el
quinteto de músicos fundamentales para el desarrollo de éste género. Él, además,
cronológicamente ocupa el puesto del medio, y tanto a Davis como a Coltrane se
les puede considerar como discípulos suyos. De todos ellos, su éxito comercial
fue bastante menor y su carrera muchísimo más corta. Es el único de ésta saga
que murió en la más absoluta pobreza y degradación.
Bird en su momento de gloria. |
Hasta la aparición de Parker el jazz
vivía inmerso en la época del swing, grandes orquestas en las que los solistas
tenían unos pocos segundos para hacer su solo y todo estaba muy estandarizado.
Los solos se improvisaban a través de la melodía pero Parker se dio cuenta que
podía improvisar a través de los acordes, creando así nuevas variaciones sobre
la estructura de los temas, pudiendo tocar muchas más notas y más rápido. A su
llegada a Nueva York encontró a varios músicos jóvenes que estaban alineados a
su nuevo estilo. Se reunían en el Minton´s a altas horas de la madrugada (a los
músicos se les invitaba a comer los lunes). Fue allí en interminables jam
sessions donde el be bop fue tomando forma. Entre los habituales estaban
músicos como Thelonious Monk, Kenny Clarke o el hombre con el que formaría una
de las más importantes asociaciones en la historia del jazz, Dizzy Gillespie.
Diz y Bird congeniaron rápidamente, a
pesar de ser dos personalidades totalmente distintas, Dizzy era risueño,
afable, buen organizador y bastante responsable, mientras que Bird era más
taciturno, un desastre personal y adicto a la heroína desde los quince años.
Los dos estuvieron durante un tiempo en la banda de Earl Hines, donde gozaban
de bastante libertad gracias a su veterano líder al que no le importaba
innovar. Este periodo y el que compartieron junto a la banda del cantante Billy
Eckstine no está registrado en grabaciones, pero, aun así, la voz se fue
corriendo y poco a poco, todos los músicos empezaron a hablar de la nueva música
y de sus nuevos apóstoles. Allá por dónde pasaban los arcángeles del be bop,
una oleada de músicos jóvenes se acercaba a verlos tocar. Fue así como un joven
Miles Davis tuvo su primer contacto con sus ídolos en su Saint Louis natal.
Entre los veteranos hubo división de opiniones, Duke Ellington o Count Basie
aplaudieron las innovaciones pero el gran Louis Armstrong nunca pudo entender
el invento, y nunca pudo tocar be bop.
El tiempo de los grandes excesos
Parker y Davis en sesión de grabación |
Puede que esta fuera una de las razones
por las que el be bop no tuvo tanto éxito como el swing, pero es mucho más
importante la de que los beboppers no anhelaban ser exitosos comercialmente,
sino ser respetados como artistas. Renegaban de actuar como bufones para la
alta sociedad blanca, Parker y compañía se sentían artistas y así querían ser
tratados. Su forma de vestir, de hablar se asemejaba a la de los bohemios
europeos. La generación beat literaria les tomó como héroes. Para Kerouac,
Cassidy o Ginsberg, la vida era "sexo, drogas y jazz". Cuando
hablaban de sexo era de mucho, cuando hablaban de drogas era de todas pero
cuando hablaban de jazz, el único Mesías era Charlie Parker.
En 1945 Bird se volvió a encontrar con el
joven Miles Davis, éste había ido a Nueva York a aprender directamente de sus
ídolos, Charlie Parker no se la hizo difícil, sin dinero por sus excesos, fue a
vivir con el acomodado trompetista al que su padre pagaba un apartamento. Como
retribución al hospedaje, Miles pasó a tocar en su grupo. El día en el que
fueron a grabar por primera vez a un estudio de grabación es conocido como
"la sesión de grabación más importante de la historia del jazz". En
el recuerdo dos canciones, 'Now´s the time' y 'Koko', en esta última el joven
trompetista tuvo que dejar su lugar a Dizzy, presente en el estudio, ya que no
podía tocar el complicado motivo del mismo.
La costa oeste y el infierno
Así iba creciendo la leyenda de Parker
hasta que, finalmente, sus demonios se apoderaron de él. Fue en California,
Parker y Diz habían ido hasta la
Costa Oeste a llevar la nueva música, el be bop. Al principio
solo interesó a los músicos, el club en el que tocaban no se llenaba, aunque no
hubo un solo músico de Los Ángeles y alrededores que no se viera influenciado
por el nuevo estilo. Diz se preparó para hacer las maletas, cobró su dinero,
compró billetes para todos y puso rumbo a su querido Nueva York, Bird vendió su
billete y lo cambió por unos pocos gramos de heroína. Poco después el músico
más importante de su generación malvivía en Los Ángeles. Para conseguir más
dinero Parker firmó con una compañía, Dial, en la Costa Oeste , a pesar
de tener un contrato exclusivo con Savoy, en la Costa Este. El final de
su viaje a los infiernos terminó el 29 de julio de 1946. En un estado deplorable
se presenta a una sesión de grabación, allí graba un 'Lover man' que siempre ha
dividido a sus críticos, el momento en el que hace crack una de las mentes más
inquietas de su tiempo o la bella constatación del sufrimiento humano hecho
arte. Después de grabar Bird vuelve a su mísera vivienda donde prende fuego a
su colchón y sale en calzoncillos a la calle. Allí será recogido y enviado al
sanatorio mental de Camarillo, donde estará internado los siguientes seis
meses.
Afirmar que tras su salida Bird ya no
tenía nada que decir sería totalmente falso, aún le faltaba grabar algunas más
de las grandiosas sesiones para Dial y Savoy, como 'Relaxin´at Camarillo', sus
maravillosas grabaciones con cuerdas, sus coqueteos con la música cubana o sus
reencuentros con Dizzy, pero sí es verdad que la revolución ya estaba hecha y
Parker no logró volar más allá de ella. Las nuevas big bands, lideradas por
gente como Woody Herman o Stan Kenton, coqueteaban con el be bop, los
compositores de música "culta" se rendían ante Parker y hasta los
antiguos maestros como Lester Young, Johnny Hodges o Benny Carter tocaban con él.
Los músicos de jazz habían dejado de ser bufones, para convertirse en artistas
de culto. Hacia el inicio de la década del 50, no había nadie que no estuviese
influenciado por Parker. Años más tarde su seguidor, y amigo, Charles Mingus
compuso una canción con el significativo título de "Si Charlie Parker
fuese un pistolero habría un motón de imitadores muertos". Lo cual resume
lo que los músicos de la época sentían hacia Charlie.
Tocando con los mejores del mundo con un
saxofón de plástico
La rehabilitación en Camarillo fue un
espejismo y a su drogadicción crónica le sumó una ingesta de alcohol y comida
en cantidades desmesuradas. En 1953 una revista canadiense organizó un
concierto en el que reunió a los que había elegido como mejor trompeta, piano,
bajo, batería y saxofón del jazz. Dizzy Gillespie, Bud Powell, Charles Mingus, Max Roach y Charlie Parker.
Bird apareció sin instrumento tras haberlo vuelto a
empeñar a cambio de algo de droga así que tuvo que tocar un saxofón de plástico
prestado, lo cual suena caótico, pero en realidad se trataba de un Grafton con
el cuerpo y la campana de un material acrílico, que desarrolló por años el
luthier italiano Sommaruga en Londres. Los que no estudiaron demasiado la vida
de Parker quieren hacer ver éste episodio como “el día que Charlie humilló a
Diz con un saxo de plástico”, pero la verdad es que él ya estaba familiarizado
con el instrumento, seguramente le habrán traído unos cuantos y eligió ese
porque conocía su mecanismo. De todas formas, solo un genio puede lograr que un
instrumento así suene como sonó la noche del 15 de mayo en el Massey Hall
canadiense. Por fortuna, Mingus y Roach grabaron el concierto y quedó
demostrado, una vez más, que Bird volaba más alto en directo.
Fue una de sus últimos conciertos, los
dueños de los clubes no lo contrataban por su volátil estado emocional, los
sellos discográficos, que albergaban a cientos de imitadores, le rehuían pues
no estaban dispuestos a pagar horas y horas de estudio esperando que
apareciese. A esa altura, el club de jazz más importante de Nueva York, el
Birdland, había cerrado sus puertas para el hombre al que rendía homenaje en su
nombre. El propio Bird se encontraba atormentado pensando que se repetía y
acariciaba la idea de involucrarse en la música clásica. Nada parecía ir bien
para el hombre que había cambiado la cara al jazz. Así fue que el día 12 de
marzo de 1955 se dirigió a la casa de su buena amiga la Baronesa Pannonica
de Koenigswarter, una mecenas del jazz a la que el propio Thelonious Monk había
dedicado una canción. Fue la última persona que le vio con vida, tras dejarlo
riendo a carcajadas ante un programa de televisión, Pannonica lo encontró muerto en su sofá. El doctor que
certificó su muerte dijo en su informe que era un varón de raza negra de unos
55 años de edad. Tenía 34. Evidentemente Charlie Parker vivió deprisa pero no
dejó un hermoso cadáver.
Vuela tan alto como puedas, practica hasta que la boca y los dedos se entumezcan, vuelve a tocar 100 veces mas de la misma manera, y en ese momento, tal vez, puedas tocar las alas de BIRD.
Vuela tan alto como puedas, practica hasta que la boca y los dedos se entumezcan, vuelve a tocar 100 veces mas de la misma manera, y en ese momento, tal vez, puedas tocar las alas de BIRD.
Gran post! Minucioso y emocionante el relato. La foto con Miles joyita. Abrazo!!!
ResponderEliminarGracias Pablo, traté de ser lo mas sintético posible, porque podría estar escribiendo páginas y páginas, no pusé demasiados datos biográficos, porque casi todos los post de la vida de Charlie son copy-paste de Wikipedia.
EliminarAbrazo!!!!
Muy buen post sobre el más grande!!
ResponderEliminarGracias a estas entradas estoy aprendiendo más sobre el jazz, del que sé muy poco aunque me guste mucho.
No puedo evitar pasarlo por mi área y relacionarlo con otro gran maestro: Julio Cortázar y su cuento "El Perseguido". Hay allí miles de jugosas frases para ilustrar esta biografía, pero hay una que recuerdo: "si tuviera el saxo lo recibiría con una música que lo haría bajar de vuelta los cuatro pisos con el culo en cada escalón".
Ya que estamos sobre el tema: recomendanos algún lugar para escuchar buen Jazz en Buenos Aires.
Abrazo!
La primera vez que leí "El Perseguidor", en aquellos años de secundaria, no tenía conocimiento de la existencia de Parker y su obra. Gracias por recordarmelo, hoy mismo vuelvo a releer el magistral cuento de Cortazar.
ResponderEliminarPara escuchar jazz en Buenos Aires:
Virasoro
Boris
Notorius
Un lugar en Ortuzar (ex Tobago)
Aldo´s vinoteca los miercoles y pronto dicen que en el subsuelo arman un club exclusivamente de jazz.
hay algunos mas que no tienen tanta publicidad...
Gracias por tu comentario y felices fiestas!!!
Salud!!!