Clifford Brown nació en Wilmington un 30 de octubre de 1930
y fué uno de los trompetistas estadounidenses de jazz, mas talentosos e
influyente de todos los tiempos.
Clifford y Max, un duo legendario |
Fallecido el 26 de junio de 1956 en Pennsylvania, en
accidente de tráfico a los 25 años, Brown, no obstante, es una de las figuras
más destacables del bebop y del hardbop, a la altura de otros trompetistas como
Miles Davis y Dizzy Gillespie. La trompeta de Clifford Brown tiene un fuerte
tono cálido, con perceptibles reminiscencias del bop de Fats Navarro, y un
maduro sentido de la improvisación: Brown es inventivo tanto en las baladas
melódicas como en las más exigentes jam sessions.
Comenzó a tocar la trompeta a los 15 años y hacia 1948 ya
estaba tocando de forma habitual en Filadelfia. Fats Navarro fue su principal
influencia. Tras un año en la Maryland State University, sufrió un grave
accidente de coche en junio de 1950 que le dejó fuera de juego durante un año.
En 1952, Brown hizo su grabación de debut con el Chris Powell's Blue Flames, un
grupo de R&B. Al año siguiente, estuvo con Tadd Dameron y de agosto a
diciembre con la big band de Lionel Hampton, haciendo una gira por Europa,
donde lideró varias sesiones de grabación con el saxofonista y compositor Gigi
Gryce.
A comienzos de 1954, grabó algunos solos en Birdland con el
quinteto de Art Blakey (la banda que precedió a los Jazz Messengers) y a
mediados de año formó un quinteto con Max Roach. Considerada como
una de los primeros combos de hard bop, el grupo duró hasta la muerte de Brown,
contando con Harold Land (y más tarde con Sonny Rollins) en el saxo tenor y
grabando varios discos para la compañía Emarcy. Solo horas antes de su muerte,
Brown participó en una jam session en Filadelfia, que fue grabada.
Todo éste talento que desplegó durante una década, quedó
truncado ese fatídico día de junio en Pennsylvania, donde encontraría la
muerte, junto al pianista del quinteto, Richie Powell (hermano menor de Bud Powell)
y a la esposa de éste.
Uno de los discos imprescindibles |
Solo Dios y el destino, saben que hubiera sido de éste
enorme artista si no hubiese muerto tan precozmente, imaginen un Brown en su
madurez, o interactuando en escena con los grandes del género, parece que todo
es posible cuando se piensa en el increíble talento que éste gigante de la
trompeta, desplegó en su paso por nuestro mundo. No hay nada más absurdo que el
talento desperdiciado, y nada más triste que el talento truncado.
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