Nona Idea fue la madre de mi madre, una de esas personas
fundamentales de mi vida. Yo la amaba y la respetaba en la misma proporción.
Recuerdo que aun en mis años más rebeldes de la adolescencia, sus palabras y
consejos, eran para mí casi un dogma. Ese amor y respeto venia de una imagen
que casi toda la familia tenía sobre ella, era una persona sabia. Siempre
desparramó amor y cariño, generosidad y entrega. Su mundo era simple, pero
allí, ella reinaba y gobernada. Aquella imagen de las que le hablo, no venía de
una verticalidad autoritaria, para todos nosotros, Idea había entendido desde
siempre, de lo que se trataba LA VIDA. Siempre la consideré un ser superior, no
por su cultura académica, si no por el hecho que ella tenía valores morales y
éticos, que yo todavía no lograba alcanzar. Lo material y terrenal lo
manejaba de una manera exquisita, el dinero y los placeres mundanos eran
superfluos, su cometido era algo trascendental. El bien común de la familia. Es
algo muy italiano, de esas cosas que se conectan con lo más profundo de
nuestros orígenes. En pocas palabras, mi nona Idea, era una persona sencilla y
pura, sabia en todo el sentido de la palabra.
En mi último viaje a Chile, he podido probar vinos, que de
alguna manera trajeron a nona Idea a mi mente. Los pipeños de Manuel Moraga
y David Marcel, tiene mucho de ella, hay sencillez y pureza, sabiduría y
tradición. Verdaderamente no son vinos para concurso, solo algunos pocos
pueden encontrar el alma que allí reside, regodearse en la idea que tan solo es
vino campesino, que con dos sorbos uno puede trasladarse a lo profundo del
Maule, sentir su rudeza y su buen corazón sin siquiera haber estado allí jamás.
Lo mismo me ha pasado con las manzanillas de Jerez, esos
vinos escuetos y pálidos, donde priman los aromas de velo de flor, la oxidación
y lo salino. Blancos que no existen en otra parte de la tierra, porque son de
allí, son genuinos y puros, con falencias y virtudes.
Las manzanillas y los pipeños son como mi nona Idea.
Por eso los amo y los respeto en la misma proporción.
Las manzanillas y los pipeños son como mi nona Idea.
Por eso los amo y los respeto en la misma proporción.
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Hola Ariel!! Quería decirte que anoche leí tu nota sobre los vinos de Chile, debo confesarte sinceramente que poco me acuerdo de lo que leí, más tu descripción sobre tu querida Nona trajo a mi mente aquella bella mujer que me acompañó desde mi niñez hasta la mayoría de edad y parte de mi adultez.
ResponderEliminarEs increíble como pudiste escribir lo que tenía en mente sobre mi Nona, el relato fue tal cual a mi vida con ella.
El respeto por sobre todo, la sabiduría, la paciencia, la entrega de su amor, los valores , la calidez de la vejez...
Mi Nona vino de Italia a los 9 años, era de Trieste y sabes como se llamaba? Si...Ida.
Su nombre completo
Ida Giovana Rosa Angela Pertot de Martinelli.
Gracias por traerla a mi recuerdo!!
Abrazo
Gracias Silvio por tus palabras, verdaderamente hemos sido afortunados de tener a esas abuelas. Me alegro que un parrafo mio te recordara a un ser tan especial como describís.
EliminarUn gran abrazo!!!
Es que si en un vino uno no encuentra "eso" que vos contás, para qué lo bebe? Eso es la esencia del vino según mi forma de verlo...
ResponderEliminarClaro luego aparecen los matices, pero eso es otra cosa.
Abrazo grande y Salute!
Disfruto mucho cuando me suceden esas cosas con el vino, cuando los aromas y los sabores se mezclan con la vida misma. No siempre sucede, pero cuando pasa, es un momento mágico.
EliminarGracias por tus palabras.
Saludos!!!
Ariel, te preguntás si esto que escribiste tiene que ver con un artículo de Ale Vigil? Yo creo que puede haber un hilo conductor o una misma idea pero el tuyo está mucho mejor escrito y llega más al corazón de la idea...al corazón de quien recuerda cuando toma un vino que lo marcó o un postre que tu abuela te hacía y para vos es una delicia aunque hoy veas que era de una simplicidad pasmosa. Es mi humilde opinión. Saludos
ResponderEliminarLazags
Me gusta pensar que los vinos son como las personas y que cuando hay buena materia prima, hay que exaltar los valores positivos. La industria se ha encargado de hacer muchos vinos buenos muy parecidos. Como bien dice Ale, muy buenos vinos que no te dejan nada.
EliminarGracias por tus palabras.
Un fuerte abrazo!!!