Por segundo año consecutivo tuve la oportunidad de asistir a
la feria de vinos que organiza la guía descorchados junto con el hotel Park
Hyatt de Santiago.
Una vez que retiré mi copa, comencé la recorrida, tratando
de abarcar la mayor cantidad de muestras posible, este año me concentré en
probar casi todo y puedo decir que muy pocas cosas me quedaron sin testear.
La
decoración de ésta edición cambió un poco, la noté mas austera, sin tantos
moños ni banderas. También pude ver que había menos recipientes de descarte que
en la versión anterior y eso me resultó algo incomodo, es un punto a revisar
por los organizadores para el próximo año, ya que si uno quiere probar muchas
etiquetas no queda otra que descartar, de lo contrario no se llega a la segunda
hora de pie.
La parte gastronómica sumó variedad, pude probar los
manjares mas exquisitos de la cocina chilena de norte a sur y de este a oeste,
todos los platos presentados estaban en un nivel muy alto de calidad y
servicio. La gente que se ocupaba de los stands, sabía perfectamente lo que te
estaban sirviendo y en cada caso pregunté por el maridaje y siempre me resultó
a la perfección, así también en algunos casos que aderezos utilizar. Punto muy
importante para el chef Yvan Didelot, debe ser una tarea titánica coordinar
todo y darles de comer a 1000 personas sin que se vea comprometida la calidad
de los productos servidos.
En los stands de las viñas se encontraban en su gran mayoría,
los productores o enólogos jefes, así fue que pude conversar con Marcelo Retamal
en De Martino, María Luz Marín en Casa Marín, Pablo Morandé Jr en Bodegas Re,
Manuel Moraga en Cacique Maravilla, etc..
Esta muestra me resulta de guía para entender un poco el
panorama del mercado trasandino y por eso, quiero centrar mi crítica en ciertos
puntos que me parecen fundamentales:
LOS BLANCOS: para mi es uno de los puntos mas fuertes de la
industria en Chile, tanto en los Sauvignon como
los Chardonnay hay una oferta muy variada y de calidad superlativa,
algunos Riesling excitantes, buenos intentos de blends y gloriosos tardíos como
el que hizo Casa Marín este año, verdaderas delicias que uno no puede dejar de
beber.
LOS ESPUMANTES: aquí se me crea un problema grande, no
entiendo como teniendo grandes bases de espumantes, no se logra tener una
oferta lógica, sacando el Tipaume y el que hace Morandé, los demás me han
parecido bastante mediocres, quisiera entender y poder explicarlo pero no lo
logro, creo que se están perdiendo un mundo maravilloso, ¿será que a los
chilenos no les gusta la burbuja?
TINTOS DE GRANDES BODEGAS: he notado con beneplácito que las
grandes bodegas se han sumado a la moda terroarista, casi todas tienen líneas que
profundizan su búsqueda por la identidad del terruño y los resultados se están
viendo. Asimismo las líneas clásicas han morigerado la extrema madurez y el
gusto a madera en los vinos. He vuelto a probar Cabernets crujientes y puros,
Sirahs frescos y tensos, Carignans deliciosos. Todavía no he encontrado esos
Malbecs que me muevan la aguja. En el caso del Pinot son pocos los que me
gustan, creo que me alcanzan los dedos de una mano para contarlos.
TINTOS DE BODEGAS PEQUEÑAS: aquí hay una pequeña revolución,
si bien la gran mayoría son una gota en el universo vinícola chileno, empiezan
a marcar tendencia, para dar cuenta de eso, hace poco Torres sacó al mercado un
vino hecho de uva país, lo cual es todo un indicador. Casi todos los pequeños
productores, hablan a través de sus vinos, de su lugar de origen, hay una búsqueda
muy interesante que poco a poco va rindiendo dividendos. Año a año se van
sumando nuevos rebeldes, nuevas miradas, cepas olvidadas y denostadas. Los
resultados me parecen prometedores y si todo sigue como hasta ahora, el futuro
me resulta promisorio.
Como resumen puedo decir que he vuelto feliz de la VI
Versión de la Feria de Vinos de Lujo de Santiago, ha sido otro viaje de gran
aprendizaje.
Cuanto mas conozco, mas entiendo, que no sé nada de vinos.
Espero volver el próximo año para seguir aprendiendo.