La paciencia es a mi modo de ver, un rasgo de personalidad
madura. Es la virtud que ciertas personas tienen para que las cosas sucedan,
cosas que saben que no dependen de ellos, si no de un lapso de tiempo
específico.
Es muy difícil ser pacientes en nuestro mundo moderno, todo
está a un click de distancia y muchas veces la mente se obnubila con esta
inmediatez que vivimos cada día.
En el mundo del vino también sucede, hace años vengo
repitiendo que somos una generación de bebedores de vinos duros. La impaciencia
ha tomado control de nuestras vidas y todo lo queremos ya, no hay caso, es así.
Por suerte hay en el mundo, productores que hacen gala de
esta virtud. En Argentina son pocos los que apuestan a este tipo de vinos, pero afortunadamente hay un mercado que los sostiene y les sigue dando un papel protagónico
en la escena vinícola vernácula.
Hace pocos días, gracias a la invitación de Patricio Tapia,
pude asistir a una épica reunión en Aldo´s vinoteca. El tema era poder degustar
los vinos de Patti y los Montchenot de Bodegas López, en su estado embrionario.
Un alucinante viaje al futuro, puesto que los vinos de Patti no verán la
góndola hasta de no menos de 5 años y en el caso de los de López, no menos de
10 años. Debe ser la primera vez que se hace una reunión de éste tipo en Buenos
Aires, con la presencia de Carmelo Patti y de Eduardo López.
A modo de aperitivo y mientras llegaban los invitados,
pudimos probar un malbec de Casablanca fermentado y criado en viejas tinajas de
greda, idea de Tapia y Michelini que dieron en llamar "Esperando a los
Bárbaros", un tinto basado en la frescura y la mineralidad, de esos que se
beben por litros, que no te hacen pensar demasiado, solo empinar el codo y
buscar un sorbo mas para darte cuenta que la botella se terminó.
Ya metidos en la degustación y previa charla introductoria,
nos sirvieron los 3 componentes base del MONTCHENOT 2013 y en una copa aparte
lo que podría ser el corte definitivo del vino. Vale aclarar que cada varietal
se cría por separado y el corte final se define recién antes del embotellado.
Tanto el merlot como el Malbec de López para el Montchenot,
fueron vinos muy aromáticos y con una gran acidez, en el caso del Cabernet la
intensidad aromática era menor, con notas vegetales y un grado tánico
importante. Cuando pasamos al corte, en nariz estaba muy cerrado y en boca
bastante astringente. Me llamó mucho la atención que los 3 varietales estaban
bebibles, pensaba encontrarme con vinos totalmente desequilibrados y la
sorpresa fue general.
Luego pasamos al CARMELO PATTI MALBEC 2013, CARMELO PATTI
CABERNET SAUVIGNON 2012 y al CARMELO PATTI GRAN ASSEMBLAGE 2013. En este caso
ocurrió algo similar, vinos bien aromáticos, con buena acidez y una carga
tánica importante, pero sorprendentemente, muy bebibles, sobre todo el Cabernet
que era una cosa de otro mundo.
Seguimos con MONTCHENOT 2003, el blend que sigue su estilo histórico,
en esta ocasión lo siento más intenso que la añada anterior, pero siempre
equilibrado, un clásico que no pierde vigencia, que se apoya en la potencia del
Cabernet la elegancia del Merlot y la pureza frutal del Malbec, beber esta
etiqueta implica entender lo que los hacedores quieren. Y lo que quieren es que
exista armonía en el corte final, créanme que lo logran.
Llegó el turno de CARMELO PATTI CABERNET SAUVIGNON 2005, un
cabernet que se desliza por la boca con una elegancia y un equilibrio sin
igual, nada duele, todo está en su punto justo, puro placer, mucho cuerpo sin
astringencia. Complejo, aromático, equilibrado y que seguramente seguirá
creciendo en botella.
Pasamos al MONTCHENOT 15 AÑOS 1997, aquí empezamos a ver lo
que la crianza logra con estos vinos, en nariz aparecen la fruta seca, los
hongos y el sotobosque, siguen manteniendo un gran equilibrio pero con mas
complejidad, en boca todo resulta, cada cosa está en su lugar y fiel al estilo
de la bodega.
A continuación seguimos con el CARMELO PATTI GRAN ASSEMBLAGE
2004, otro que hace gala de su crianza, si bien es más intenso que el Montchenot,
sigue en la línea de la elegancia y el equilibrio, ningún descriptor tapa a
otro, todo parece fundirse en una expresión. Amable, opulento, con una acidez
punzante, el vino pasa por la boca de una manera increíble, como si uno no lo
sintiera, pero el final es interminable.
Ya para la cena degustamos MONTCHENOT 20 AÑOS, que se
encontraba impecable, con notas parecidas al 15 años pero con mas evolución,
agregando mas notas de complejidad, realmente sorprendente. También degustamos
CARMELO PATTI MALBEC 2007, uno de mis vinos preferidos y de los que más he
comprado en 2012, para mí es un malbec con todo lo que tiene que tener esta
cepa, un best buy de Lujan de Cuyo, un viejo conocido que ya he recomendado en
éste blog hace tiempo.
La cena transcurrió con grandes vinos de crianza, Patricio
de encargó de traer de su cava personal etiquetas de Italia, Francia, España,
Portugal y Chile. Todos estuvieron muy bien pero me quedo con dos joyas como
son el VIÑA TONDONIA RESERVA 2001 y el TRAVAGLINI GATTINARA 2007, dos de esos
tintos que se alinean a mi gusto personal casi a la perfección.
Esta degustación fue para mi un lujo en el patio trasero de
mi casa. Una clase magistral dictada por los que considero los maestros de la
crianza de vinos de Argentina. Poder conversar con Eduardo López acerca de
todos los procesos que se efectúan en su bodega o charlar cara a cara con uno
de mis héroes como es Carmelo Patti, son cuestiones accesorias. Lo importante
de esta cata, fue poder comprobar que estos vinos que probamos son de una
CALIDAD SUPERLATIVA. Estoy convencido que un vino sin calidad no puede durar en
el tiempo, lo he comprobado con vinos de muy alto precio y con grandes puntajes
que mueren a los 5 o 6 años de su cosecha. Por suerte no es el caso de estos
vinos que pudimos degustar, todos tienen un largo camino por delante.
Gracias a Carmelo Patti, Eduardo López, Patricio Tapia y a
Aldo´s vinoteca. Por propiciar una de las reuniones mas significativas de los
últimos tiempos en Buenos Aires.