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miércoles, 7 de noviembre de 2018

Lo que le costó el amor a Camilo Gómez

Y ahí se fue la primera copa de vino, vuelvo a servirme hasta la mitad y ya en el primer sorbo aparecés vos, que líquido maldito Che.

Siempre escuché historias de los que beben para olvidar pero en mi caso el primer sorbo de la segunda copa, hace que vuelvas como un torbellino. Pareciera que bebo para recordar y para pensar, para recorrer ese largo camino que transitamos y que un día decidiste abandonar.

Y es como un reflejo estúpido el de agarrar el teléfono, abrir el chat y releer nuestras conversaciones y pensar, pensar, maquinar y responderme solo "porque no le dije tal cosa", "porque no me dijo tal otra", abro tu foto de perfil y te miro a los ojos como cuando estabas en mi cama, si, ya se que estuviste hace un par de semanas en mi cama, pero ya no me mirás así, ya no me besas como antes, algo se rompió hace mucho y parecés una especie de zombie autómata, solo dejás que aprete los botones del placer un ratito, hasta que te cansas y listo, te gana el apuro por irte, siempre hay algo mas urgente que vos y yo.

Leo, leo y releo y me avergüenzo de mi mismo por ser tan boludo, por seguir dejando que me hagas mierda, por sentir tu falta, por corroborar que el "te amo" ya hace mucho pasó a ser "yo te quiero Camilo". La puta madre que cruel es que una mina que en un tiempo te dijo que te amaba ahora te diga que te quiere y encima pone después tu nombre, es preferible que te odien a que te digan que te quieren después de haberte amado.

Y sabes que? Quiero apretar ese botoncito para llamarte y escuchar tu voz y decirte todo lo que siento, vomitar todo eso que tengo atascado en el estomago hace años, decirte la falta que me haces, pero es de noche, me vas a sacar cagando y no tengo ganas por enésima vez de hacerme bosta como siempre, de hundir mi mano en el pecho, sacar el corazón latiendo todo roto y que me digas que no es un corazón, que no está roto, que es tan solo una ilusión mia.

Ya hace semanas que me torturo con este ritual,  la copa de vino, el celular, los recuerdos y este puto nudo en la garganta, increíble a lo que una persona se acostumbra y hasta parece disfrutar. Pero no, no es disfrute, es un proceso mórbido, como un duelo sordo y los únicos testigos son la copa de vino , el teléfono en mis manos y los puchos, uno tras otro. Y eso que de día no fumo, menos después de aquel infarto que casi me lleva el año pasado, pero como dejar de fumar si eso calma mi ansiedad, ya ni me gusta el tabaco, pero vuelvo a eso tóxico, como vuelvo a vos.

Y vuelvo a leerte, recordar cada rincón de tu cuerpo, cada detalle, cada sonido cuando estallas de placer en la cama, tu aroma, tu espalda curvada y tu desdén. Giro la copa, prendo un pucho y agarro de nuevo el teléfono, vuelvo a leer lo último que hablamos y mientras leo, veo que estas en línea, veo que estas escribiendo y salgo del chat para que no sepas que estoy esperando como un naufrago una señal tuya, me quedo en línea pero en otro chat y llega tu mensaje. Mi ansiedad se va a las nubes, pero leo. "Mañana el nené no tiene gimnasia, así que no vayas a buscarlo, que descanses". Y yo respondo "ah ok, gracias, que descanses".
Y me quedo mirando el celular como un pelotudo, "ah ok, gracias, que descanses", podrías haber dicho "estuve pensando en vos todo el día" "quiero verte" "me haces falta", pero no, el pelotudo no quiere incomodar, no quiere hacerse mierda contra la pared que ya se chocó 2535 veces. Vuelvo a girar la copa, oler el vino como si supiera, pero solo tiene olor a vino, le doy un sorbo y prendo otro pucho mas, agarro el teléfono y voy a escribirte lo que siento, pero enseguida lo borro.

Siento en ese momento que un elefante se me para en el pecho, es otro infarto, pero este duele 10 veces mas que el otro, es tan doloroso que casi me hace olvidar lo que me dolés vos. Alcanzo escribir "hasta mañana" y me doy cuenta que me estoy muriendo, que de esta no zafo ni en pedo, pero no voy a pedir ayuda, ya está, fué.

Lo último que veo es el doble tilde celeste y sobre la mesa el Finca Natalina. No puedo creer que me esté muriendo y no haya podido volverte a decir que fuiste el amor de mi vida.
La puta madre tampoco puedo creer que me muera tomando este vino de mierda.

sábado, 2 de junio de 2018

Chanchos deslenguados vol XVI

El pasado sábado 26 de mayo, en Santiago de Chile,  se realizó en el restaurante Lucila de Nosotros en el GAM, la edición XVI de la feria Chanchos deslenguados creada por Sebastián Alvear. Es la feria a la que hace años quiero ir, pero  siempre por algún motivo, me ha sido imposible asistir. Todo llega y este año pude darme el gusto.

Vinos sin tabú es su slogan y toda una declaración de principios, quien asiste, sabe que va a  encontrarse con cosas que están a contramano del mainstream. El perfil de la feria es acercar al público Santiaguino, productores que son invisibles para la gran industria del vino trasandino, sin embargo alguno de ellos son productores de renombre mundial. Sebastián se preocupa en seleccionar a esos pequeños proyectos rupturistas y a la vez darle la posibilidad al productor de mostrar su trabajo. Digo esto porque hablando con expositores, el alquiler del stand es económico y sumado a que también pueden vender sus vinos, en algunos casos terminan amortizando la inversión. La entrada es también muy accesible, 8000 pesos chilenos (aproximadamente 12 dólares).  Da la sensación que todos ganan, lo cual también me suena a rupturista, dado el concepto "feria de vinos" al que uno está acostumbrado.

Chanchos deslenguados es una feria itinerante ya que en cada edición cambia de lugar. En ésta última, el GAM fue una gran elección en mi opinión, puesto que está muy cerca de la parada del metro y a mano de todo. El hecho de que se hiciera en un restaurant del predio es otro punto a favor para el asistente que quiere ir temprano y almorzar algo en el lugar, a un costo también muy económico. Otro cosa que me gustó y vengo reclamando a otras ferias, es el hecho que si un vino te gustó mucho, puedas comprarlo, cuantas veces nos ha pasado de ir a un evento de vinos, probar un vino que te encanta y luego no conseguir esa etiqueta o cosecha nunca mas.

El evento se desarrolló en el horario de 11 a 19 hs y pasaron aproximadamente 500 personas, en un orden bastante sorprendente.  El clima es entre relajado y festivo, en las 8 horas que dura el evento, hay tiempo mas que suficiente para recorrer los 25 expositores y probar todo, almorzar, charlar, escuchar música, relajarse en el patio del GAM y si te quedan dudas volver a probar.

Vayamos a los vinos y sus productores. Entre los ya clásicos de Chanchos, pude encontrarme entre otros a viejos conocidos como Villalobos, Montsecano y el mítico Louis Antoine Luyt en persona. Los demás proyectos casi que no los conocía y en la mayoría de los casos me encontré con productores que hacen vinos de buenos a excelentes. Sentí que hay una línea que une conceptualmente a todos y frases repetidas en cada stand, las que mas he escuchado son:
-Vinos naturales-Parras viejas-Poco agregado de sulfuroso-Expresión de terruño-Poca intervención enológica-Vinos frescos-Acidez natural-Levaduras indígenas.
En la recorrida final, estas frases no parecen estar muy lejos de lo que he probado y no caen como muchas veces me ha pasado, en un vacio sin sentido.
Me he vuelto a encontrar con cabernet frescos y crujientes, pinots tensos y puros, carignan que son pura fruta y acidez, cinsault austeros con tremendo peso en boca, mucha uva país con diferentes estilos que van desde recios a suaves, blancos y naranjos que desafían el paladar con filo y sutileza, sidras de manzana y membrillo deliciosas de una pureza sorprendente, etc.. Si tuviera que resumir todo lo que he probado y utilizando una sola palabra, creo que PUREZA es la que mejor define mis sensaciones. 

Me he vuelto a Buenos Aires con una muy grata imagen de este evento. Muchas veces he sufrido las ferias de vinos, pero en este caso fué puro disfrute y descubrimiento. Probé vinos de esos que uno no consigue en otros lados de la tierra, cepas que ni sabía que existían, aprendí, pregunté, me reí, todo en un clima relajado, amable y festivo. Lo único que lamento es no poder haberme traido unas 10 o 12 botellas de los que mas me gustaron.

Larga vida a Chanchos Deslenguados, tengo otro motivo mas para volver periódicamente a Santiago.

Salud!!!


viernes, 27 de abril de 2018

Barda pinot noir 2016, la conexión malbec


Ya he hablado en otras entradas de lo difícil que es hacer pinot de clase mundial en nuestro continente, es realmente una tarea titánica venderles pinot a los consumidores de América y especialmente de Argentina.

En nuestro caso tenemos una bendición griega que es el Malbec, pero como toda historia griega, una gran virtud, trae aparejado una tremenda maldición.
El malbec es un don, si, como negarlo, es una cepa hermosa, que se adaptó a nuestro terruño de una manera única y que da vinos formidables. Pero en contra partida, todas las demás cepas quedan expuestas a su belleza. Opacadas, mal entendidas, maltratadas, arrinconadas y puestas en un sitio donde les resulta muy complejo competir con la reina de nuestro país.

Viñedos en Neuquén
El pinot noir patagónico es complejo y único a la vez, sin embargo siempre tuve la sensación de que nunca le encontraron el punto justo y que es muy difícil aunar criterios y hablar de un pinot patagónico de pertenencia.

Con el Malbec ha sucedido en los últimos años un hecho muy positivo, mas allá de gustos personales, un catador medianamente entrenado, hoy día puede encontrar diferencias sustanciales entre los malbecs mendocinos de diferentes zonas, inclusive en algunos casos hasta en los denominados vinos de entrada de gama o entry level, o sea en la base de la pirámide. Luego de casi 2 décadas y miles de desaciertos, creo que gran parte de la industria que hace Malbec a gran escala, entendió que expresar su zona de procedencia sin demasiados artilugios, es un factor de venta diferencial.

Lamentablemente con el Pinot, el tema no es tan notorio y ante una etiqueta patagónica por mas entrenados que estemos, se nos hace muy difícil poder reconocer si el vino en cuestión es de San Patricio del Chañar, General Roca, Mainqué, etc..

Con el correr de las décadas he podido probar casi todos los pinots que salen de nuestra tierra y hace unos cuantos años Canale hacía una línea de base que estaba muy bien para su precio,  poco a poco se fue prostituyendo por un mercado que le exigía cosas que el pinot patagónico no está para dar en su gran mayoría.

Bodegas Chacra, Rio Negro
En mi humilde opinión, el pinot noir patagónico tiene un potencial enorme y un perfil organoléptico único, pero me queda la sensación, luego de casi 20 años de estar probando,  que son pocos los emprendimientos que le dan a la cepa, la posibilidad de expresarse tal como es. Seguramente tenga que ver con el manejo del viñedo y las vinificaciones que se utilizan. Acaso sea el uso indiscriminado de levaduras de laboratorio que hace que muchos pinots al sur del rio Colorado, tengan ese descriptor de frutilla en mermelada tan artificial. O puede ser que el uso de chips y duelas que transmite a ciertos vinos patagónicos esas notas de chocolate y tabaco, no terminen resultando agradables al conjunto final del vino. O pueden ser muchas las variables que logran una homogenización negativa. Por lo expuesto y creyendo en el potencial de la Patagonia,  siento que hay algo valioso por esas tierras y que muy pocos se han tomado el trabajo de entenderlo o en su defecto, correr el riesgo de dejarlo salir.

Como consumidor que ama la cepa, deseo que se haga algo de aquí a 10 años, que pueda sentarme una noche como tantas y tener la posibilidad de trasladarme con mi mente a Gral. Roca, San Patricio del Chañar, Mainqué, Valle Azul, El Hoyo, etc.. En resumidas cuentas que me pase lo que me pasa con otras cepas y otras zonas del país donde las diferencias son mas marcadas y notorias. Mas allá de mis deseos que a nadie le importan, creo que es el momento de dar el salto y posicionar a la cepa como emblema patagónico, seguiendo el ejemplo del malbec mendocino y su gran reconversión de los ultimos 8 años.

En la oscuridad mas cerrada, siempre aparece una luz al final del túnel y  ya hace bastantes años, un par de italianos creyeron que era posible hacer pinot noir de buena calidad en la estepa patagónica,  sobre todo con sentido de pertenencia. Ese proyecto comenzó con un viñedo del año 1932 en el año 2004 y luego se fueron sumando nuevas etiquetas con viñedos mas jóvenes y menos exclusivos.

Me refiero a la etiqueta BARDA de bodegas Chacra, que ya lleva mas de una década de popularidad y vigencia. Siempre se apuntó con este entry level a expresar el pinot noir de Mainqué de una manera bastante honesta, buscando año a año el balance justo y de alguna manera dejar que el vino de esa viña y zona en particular de lo que debe dar, sin demasiadas pretensiones. El resultado es un muy buen pinot noir, que tiene sentido de pertenecía a un precio que hoy día suena ridículo ya que ha escalado a los us$45 de sugerido.

Mas allá de la locura de los precios que hace que año a año pueda comprar menos botellas, sigo sintiendo en cada nueva añada que Barda pinot noir, es de lo pocos en su clase que me trasladan a un sitio especifico de la estepa patagónica.


Y eso, no es poco.




N. de la R. : Gran parte de esta entrada del blog, surge de una charla con Fabián Mitidieri que me ayudó a redondear ciertos conceptos expresados. Mi mas sincera gratitud por su gran aporte y disposición.

martes, 6 de febrero de 2018

Crónica de una muerte anunciada, la cerveza desplaza al vino en la mesa argentina

Hoy escuché un audio en http://www.mdzol.com y me hizo acordar a algo que escribí en 2014 , la verdad que el que habla en ese audio viralizado es mucho mas lúcido que yo y seguramente tiene mucha mejor información.

Por eso quería volver a escribir algo al respecto.

Mientras que la industria cervecera se encargó por décadas en comunicar con comerciales televisivos y gráficos, que la peor y mas barata de las cervezas locales, era "el sabor del encuentro". La industria vitivinícola argentina, se reía de sus clientes históricos y prácticamente mandaba al cadalso a quien inoportunamente decidiera tomar el vino con soda o hielo, o en su defecto se le ocurriera mezclarlo en un vaso con naranja o durazno de estación.

Estos cráneos con masters en hardvard y en burdeos, se les ocurrió algo muy riesgoso..... pongamos al vino en un lugar de privilegio, porque pesaron que a todos les gusta ser privilegiados....a quien no le gusta un porsche 911 o un mustang? Olvidemonos de los negros que toman tetra en el asado diario de la obra, pongamoslé plusvalía a nuestro trabajo y sentemosnó a la mesa, con polistas y empresarios, los ricos son el futuro o al menos los que se quieren parecer o aparentar eso.

Imagino esas charlas técnicas de mercadeo, seguramente alguno dijo "el vino debe ser el placer supremo de los sentidos, hay que olerlo, mirarlo, sentirlo, interpretarlo, desmenuzarlo y al fin de eso poder apreciarlo"

Hace poco en una cata de una bodega, tuve el infortunio de decirle a su productor que su vino de mas alta gama estaba muy caro, porque el que le seguía en calidad estaba muy bueno y valía la tercera parte, en resumén le comentaba que no notaba la diferencia de porque tal vino valía 3 veces mas, la respuesta fué "cuando alguien me dice eso lo que pienso es que no lo entendió", cosa que me hizo ruido ya que a ese productor lo conozco desde su primer cosecha, y siempre me gustaron sus vinos y pensé.....si a mi que me gustan tus vinos y te conozco desde la primer cosecha, no puedo entenderlo.....como puede ser que un consumidor primerizo lo entienda y lo compre?
Meses mas tarde un importante crítico opinó lo mismo que yo, le puso 94 al vino ícono y 93 al segundo del escalafón, o sea opinó parecido a mi, pero no hubo tal descargo.

El tema es que cuando complicas demasiado algo que esta arraigado en el paladar popular y te cagas en lo que el consumidor te devuelve en modo de crítica, terminas matando al vino.
Mientras que la cerveza solo te pedía que te quitaras la sed y que te encontraras con alguien. El vino te pedía mucho mas....mucho y exageradamente. Primero que nada debías desembolsar el triple, cuidar la temperatura, la oxigenación, el día raiz, la luna, el sol, el abecedario en arameo y la mar en coche.
Pero así todo, si el vino estaba malo, era tu culpa, porque seguramente estarías nervioso o cansado, tal vez con un poco de stress o tal vez no lo entendiste. Porque al fin de cuentas no importa si hace 20 o 30 años que tomas vinos, tampoco si vas a catas o degustaciones todas las semanas, tampoco si visitaste 200 bodegas, la culpa es tuya porque no supiste apreciar lo que te estan brindando.

Hoy por hoy la cerveza le viene ganando año a año al vino porque ofrece un producto de buena calidad a un precio acorde. Se llama MERCADO imbéciles, sigan poniendo vinos de base a precios imcomprables y vean lo que les sucede. Simple y claro, el mercado manda y demanda.
Así y todo unos pocos se han vuelto millonarios en pocos años.
Que viva la pepa.
Salú.