La tierra prometida de los topos |
Tengo muchos amigos y conocidos en el mundo del vino, hay de
todo, pero en los últimos tiempos he visto que por lo general se alinean en
bandos bien definidos. Quiero referirme a 2 grupos en especial que se
consideran de vanguardia. Por un lado están los que aman los vinos que pasan en barrica de
roble nuevo durante muchos meses y si es posible 2 o 3 veces, algunos opinan
que si un buen vino no tiene al menos 12 lunas de barrica, no califica para su
refinado paladar. Y por el otro (que son los menos) están los que adoran ese sabor a
cal que los suelos calcáreos suelen transmitir al vino, ellos consideran que
éste factor natural es primordial y rechazan casi de plano cualquier contacto
con la demonizada madera.
Los que aman la barrica son los castores y los que adoran la
cal son los topos, solo para que quede claro. El castor roe madera y el topo
anda debajo de la tierra.
Parece que la antinomia se hace cada vez mas áspera, sobre
todo desde que los topos lograron algún tipo de reconocimiento mundial, hasta
hace poco los castores eran los reyes y se suponía que los buenos vinos debían
pasar por madera si o si. Con esta premisa los castores se mandaron cagadas
legendarias, se armó toda una industria atrás de los vinos maderizados, porque
parece que a la gente le gusta que el vino tenga un gustito a vainilla o coco,
también a cuero o cedro y porque no a chocolate???
Los topos no tenían con que competir, la cal no viene en
chips hasta el momento, no sea cosa que empiecen a gustar y los asesores enológicos
encuentren sustitutos químicos para que un vino parezca del Piamonte, de Rioja,
Gualtallary o del Limarí, todo es posible cuando hay dólares de por medio. La
cuestión es que los topos sentían que le estaban jugando sucio. Mientras una
barrica sale 1000 dólares y la haces en un par de días, ellos para sacar esa
cal al vino necesitaban mucho más tiempo y esfuerzo. Los suelos calcáreos no están
por doquier, no se compran por 1000 morlacos y a los dos minutos salen haciendo
un producto, parece que es más complicado.
El santo grial de los castores |
Los topos piensan que los castores son seres involucionados
que solo se entregan a lo que la barrica les manda, son solo producto de una
moda que no tiene más de 20 años, mientras que ellos hace siglos que siguen en
la misma línea, piensan que el roble entró casi de casualidad entre las maderas
permitidas para hacer barricas, que era tan solo para transportarlas hace unos
500 años.
Los castores sienten que los topos son seres arcaicos y que
decididamente les gusta tomar mierda, todo lo que no sea cepas nobles
francesas, pasadas por roble francés o americano en su defecto, es bosta
liquida, he escuchado sus conversaciones y categóricamente piensan que quien no
aprecia un buen tinto maderizado, pertenece a una categoría de casi carroñeros,
bebedores de alcantarilla que se arrastran en las penumbras. También he
escuchado a los castores decir que a los topos se los comió el personaje, que
solo toman esas bostas por llevar la contra. En realidad lo que no pueden creer,
es que existan personas que no aprecien lo que ellos.
Es muy gracioso verlos discutir y sentar bandera, muchos
inclusive se han invitado a pelear por estas nimiedades.
Mi consejo de blogger, es que no tomen muy seriamente lo que acaban de leer, es tan solo para sacarles una sonrisa entre tanto texto acartonado que anda por ahí.
Mi consejo de viejo vinero, es que disfruten y compartan lo
que beben. No vale la pena andar analizando lo que toman los demás.
Salud!!!