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martes, 1 de mayo de 2012

2 tintos clásicos que no defraudan

En la gran marejada de vinos que unos puede encontrar en la góndola de un supermercado, o en las bellas estanterías de las vinotecas boutique de Buenos Aires, siempre hay faros que con los años han ido consolidándose como CLASICOS, algunos son realmente buenos y otros no tanto.

Estos dos que he tomado ultimamente son ampliamente recomendables.

FINCA LA ANITA SYRAH 2006: este es uno de esos que siempre nos deja bien parados, un todo terreno, que va con un asado, con pastas, con carne al horno o casi con lo que se te ocurra de la gastronomia argentina, apto para tomar ya o seguir guardando, parece de esos vinos que no cambian demasiado de un año al otro, con buena carga de fruta fresca, untuoso, aterciopelado, especiado y una acidez deliciosa, no cansa beberlo y pide comida, tiene todo en su punto justo, para mi es un vino que no pasa de moda y que marca un hito en la vitivinicultura argentina. A un sugerido de us$35, su precio no lo hace apto para todos los dias, pero vale lo que cuesta.

CARMELO PATTI MALBEC 2007: si yo tuviera que elegir un estilo para un malbec de Lujan de Cuyo, se aproximaria bastante a éste ejemplar, un tinto de intensidad media en su color y en sus aromas, aparece la ciruela fresca, violetas, tostados de su paso por barrica, y hasta algo de brett, todo equilibrado y sostenido por la acidez caracteristica de los vinos de Carmelo, buena complejidad y elegancia, muy versatil para el maridaje y también para beber solo. En este ultimo tiempo su sugerido trepo casi a los us$40, pero se consigue por menos y la experiencia bien lo vale.

Dos clásicos que vale la pena beber regularmente, algunas añadas son mejores que otras, pero año a año, van consolidándose como verdaderos CLASICOS

miércoles, 14 de marzo de 2012

Jean Pierre Bieri me cuenta la historia de Urraca Wines


Langley posando para la promo de COPS
Hace un par de semanas, recibí un mail de prensa de Urraca Wines, en el que me comunicaban que estarían presentes en un evento especial para los recitales de Roger Waters en Argentina, tras un breve intercambio de mails con Cristina Soto que trabaja en prensa aquí en Buenos Aires, me explicó los pormenores del evento y agradeció mi difusión, pero no contento con eso, mi espíritu curioso me llevó a preguntarle mas acerca del proyecto Urraca, y como fue que John Langley termina haciendo vinos premium aquí en Mendoza; para mi sorpresa su respuesta fue que me comunicara con Jean Pierre Bieri, el gerente general del proyecto, me pasó su mail y su teléfono directo de California, explicándome que él me daría todos los detalles desde sus inicios, que me comunicara sin resguardos ya que hablaba perfecto español. Un poco sorprendido y con miedo de que me mande a enderezar bananas al puerto, decidí escribirle, a los dos minutos recibí su respuesta, diciéndome que lo llame en cualquier momento, que estaba abierto a una charla, y que ya le había dado instrucciones a su secretaria que si llamaba alguien de Argentina le pasara inmediatamente. Bueno, ante tanta amabilidad y predisposición, le pregunté si podría ser el lunes 27 de febrero, que aquí era feriado y podría charlar mas distendido, su respuesta no tardo más de 3 minutos y decía "estaremos esperando tu llamado con el café de la mañana".
Y así fue, el lunes a la 1 de la tarde de Argentina, llamo a ese número y me atiende en persona Jean Pierre, muy amable y abierto, las correspondientes salutaciones y agradecimientos, nos pusimos ya de lleno en la charla que duró mas de UNA HORA Y MEDIA.
Jean Pierre en pleno trabajo
Jean Pierre Bieri, es nacido en Suiza en el año 1958, y por razones laborales del padre, viene a la Argentina en el año 1966 y se queda hasta 1981, así que pasó casi toda su escolaridad en nuestro país y de allí su fluido español, se hace piloto aeronáutico y se dedica gran parte de su vida a manejar jets privados; en 1995 un colega le ofrece la posibilidad de ser tripulante/guía para llevar por toda Sudamérica a un norte americano y su familia en plan de vacaciones, viaja a Los Angeles y así conoce a John Langley, concretan el viaje para febrero de 1996, recorren casi toda Sudamérica y llegan a Buenos Aires, ahí John se sorprende por la belleza arquitectónica y el estilo de vida de los porteños, y empieza un romance con Argentina, viajan al sur, al norte, Bariloche, y recalan en Mendoza, donde ya venían bien comidos y bebidos, y John acrecentando su romance con nuestra patria, así fue que un día en un restaurante surgió a modo de comentario lo lindo que sería ponerse una bodega y hacer grandes vinos, pero fue eso nomás, solo un comentario. Terminaron el viaje y volvieron a USA, John le ofrece el trabajo de piloto de su jet a Jean Pierre y que se haga cargo del mantenimiento y demás. Tres años después, en 1999 vuelven a Argentina y a Mendoza, en un restaurante y degustando muchos vinos mendocinos, a John le llama mucho la atención un vino de Walter Bressia, y vuelve a hacer el comentario a Jean Pierre de armar algo, cuando vuelven de las vacaciones le encomienda que arme un proyecto para ver si es viable poner una bodega en Mendoza. Mientras Jean Pierre seguía trabajando como piloto, hace un trabajo de investigación profundo del negocio, y arma una carpeta con su proyecto, y se lo presenta a su jefe, pero queda en stand by por muchos años, Langley ya tiene la idea de armar un proyecto vitivinícola, pero en medio se le acercan otras propuestas de Chile, con lo que el proyecto Mendoza corre peligro. En 2005 John le comunica a Jean Pierre que ya no va a tener mas jet privado, que se encargue de venderlo y que se quedaba sin trabajo, pero debido a su excelente gestión en todos esos años, le hace la propuesta de armar la bodega en Mendoza, pero solo con la condición que él se encargara personalmente de todo, desde buscar la zona, comprar la finca, contratar al personal, etc., inmediatamente Jean Pierre le contesta que SI, y después de terminar el tema de la aeronave, viaja a Mendoza en 2006 con la carpeta bajo el brazo, recorre la provincia de norte a sur y de este a oeste, elige Agrelo y después de 6 meses de arduo trabajo, logra en diciembre de 2006 la compra de la actual finca, y contrata a Walter Bressia como enólogo, junto a un equipo de trabajo que es el que actualmente se desempeña en la bodega.
La charla fue amena y entretenida,  me contó decenas de anécdotas de sus viajes, de sus peripecias con las inmobiliarias, con los vendedores, del feedback con la gente en las exposiciones y demás, una persona muy agradable y con una amabilidad extraordinaria, apasionado de lo que hace y con conocimiento de cada detalle que envuelve su negocio, hablamos de vinos y de sus vinos, le dejé mis impresiones, de lo bueno que me pareció el primera reserva 06 y también de la botella defectuosa que nos tocó en la cata de los iconos olvidados, pero a esa altura ya éramos dos personas cualquiera charlando de esta maravillosa bebida, nos despedimos hasta la próxima con la única promesa de juntarnos a tomar unas copas de tinto en su próxima estadía en Buenos Aires y seguir la charla.
Una bella historia, porque después de mi charla con su gerente general, me queda la sensación que Urraca Wines no es solo un negocio, quieren hacer buenos vinos y lo están logrando a mi entender, funcionan muy bien en la parte de prensa y en COMUNICAR, en estar presente en las vinotecas y en estar en contacto con los que comunican, mi idea es que podes hacer el mejor vino del mundo, pero si no lo comunicas hay algo que no va a andar bien.
A mi los que mas me gustaron hasta el momento son el Chardonnay y el Primera Reserva, creo que en estos dos ejemplares se encuentra lo mejor del porfolio, los dos con el sello inconfundible del gran Walter Bressia.
Hay que estar atento y seguir testeando con regularidad las nuevas añadas de Urraca Wines, hasta el momento vienen trabajando de manera muy interesante, y espero que sigan en esa linea.



jueves, 9 de febrero de 2012

Enólogos de culto


Recientemente pude leer una muy buena nota de Joaquín Hidalgo para Planeta Joy, en la que se encarga de manera muy entretenida de nombrar a los nuevos enólogos, sobre todo aquellos que despiertan nuestra admiración, y a los que seguimos regularmente bebiendo sus vinos. 
Hace rato que andaba con ganas de escribir sobre éstos personajes, y la nota que leí me puso a pensar en quienes son mis enólogos preferidos, a esos que sigo regularmente, y a los que de alguna manera les rindo "culto" desde mi privilegiado lugar de CONSUMIDOR.
Quiero expresar que rendirles CULTO, no es glorificarlos y palmearle la espalda al estilo alcahuete,en mi caso hay dos personas de este maravilloso mundo, que me generan una empatía particular, y que saquen lo que saquen al mercado, yo quiero probarlo porque en ese arco estilístico se resume gran parte de lo que me gusta del vino argentino.

Almorzando con Vigil en Casa de Campo.
Uno de ellos es ALEJANDRO VIGIL, un tipo con una sensibilidad especial, que mas allá de lo que sabe técnicamente, a mi me seduce desde la diversidad de vinos que podés encontrar de su autoría, Alejandro puede hacer un perfecto vino "mainstream" y también dejar volar su imaginación y lograr verdaderos "vuela cabeza", vinos diferentes y únicos que te dejan en un estado cuasi catatónico, encima ahora dice en su blog que esta obsesionado con el Sauvignon Blanc, y conociendo algo de su obsesión con el Malbec y los resultados obtenidos, ya me estoy imaginando las cosas que van a salir en breve, y las quiero probar antes siquiera que las tenga empezadas, eso es CULTO.


Michelini en Ozono Drinks.
El otro es MATIAS MICHELINI, un genio rebelde y desfachatado, su anécdota en Luigi Bosca, cuando un periodista extranjero les dice que no pierdan tiempo en mostrarle el Sauvignon Blanc porque en Argentina era imposible hacer grandes vinos con esta cepa, y como eso dispara una serie de hechos y circunstancias, para que después de muchos años de investigación, viajes, vendimias y preparación personal, se lo llegue a considerar el "Señor SB" en Argentina, lo pinta de cuerpo entero. Con sus últimos proyectos personales, muestra su verdadera esencia, y da la sensación cuando hablas con él, que hace lo que se le antoja, le puede salir bien o mal, pero es atrevido y no conoce la palabra miedo a la hora de hablar de vinos, y esa falta de miedo no viene de la locura, sino de años de ensayo y conocimiento de su tierra y de lo que ella es capaz de dar. Conceptualmente es poco intervencionista, y volcándose cada vez mas a la biodinámica. Está en varios proyectos que van a dar que hablar, y por supuesto cada cosa que hace inmediatamente pruebo y compro, eso también es CULTO.

Les recomiendo la nota de Planeta Joy, para leerla click aqui